Morena avanza mientras el PRI se desploma

El Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) logró obtener cuatro gubernaturas en la jornada electoral del domingo 5 de junio, logrando así el control de 21 entidades de un total de 32 que conforman el país, así Morena avanza mientras el PRI se desploma.

Los resultados preliminares le dan a Morena las gubernaturas de Hidalgo con el triunfo de Julio Menchaca; Tamaulipas con Américo Villareal; Oaxaca con Salomón Jara y Quintana Roo con Mara Lezama, entidades donde se logró la alternancia política.

En tanto para la coalición Va por México, conformada por el PRI, PAN y PRD, los resultados electorales significan un retroceso al retener solo dos gubernaturas Aguascalientes y Durango, y perder dos de las entidades que gobernaba, una de ellas, Hidalgo tras 93 años de mantener el control.

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Estos resultados colocan a Morena como la primera fuerza política del país de cara a los comicios presidenciales de 2024.

Entre tanto, el saldo de la alianza para el PAN sólo le redituó la posibilidad de retener, en coalición, dos de las cuatro gubernaturas que mantenía, incluida Durango, donde postuló al priísta Esteban Villegas. A pesar del triunfo en Aguascalientes, en el panorama nacional el blanquiazul se encuentra en los niveles más bajos de su historia reciente con sólo seis entidades bajo su administración y un retroceso importante bajo la gestión de Marko Cortés al frente del partido.

Desplome tricolor

Los resultados electorales de este domingo confirmaron la debacle tricolor que se ha registrado en los últimos años. Si en 2012, cuando con la candidatura presidencial de Enrique Peña Nieto, el PRI regresó al gobierno federal, lo hizo acompañado por una consistente presencia electoral a nivel estatal, toda vez que en ese año el tricolor gobernaba prácticamente la mitad del país.

Apenas hace una década, el PRI mantenía 15 gubernaturas: Aguascalientes, Chihuahua, Coahuila, Colima, Hidalgo, estado de México, Nuevo León, Querétaro, Quintana Roo, San Luis Potosí, Tabasco, Tamaulipas, Veracruz, Yucatán y Zacatecas. De los gobernadores priístas de entonces, tres se encuentran actualmente presos por corrupción: César Duarte, Chihuahua; Roberto Borge, Quintana Roo, y Javier Duarte, Veracruz.

Durante 2023, el mapa electoral del país se habrá reconfigurado en su totalidad de cara a los comicios federales de 2024 y estarán en juego los últimos dos reductos históricos del PRI: el estado de México, su mayor bastión con 16.9 millones de habitantes, y Coahuila. Son los únicos que se mantienen a la usanza del viejo régimen: nunca han sido gobernados por otro partido que no sea el PRI.

En ambos casos, los comicios en 2017 fueron intensamente litigados por Morena, que desde entonces acusó fraude y una elección con alta injerencia de los gobiernos federal y local. Fueron las últimas dos victorias priístas en una elección para gobernador, desde entonces han perdido diez y el control en 18 congresos locales, que lo colocan en la situación electoral más frágil de su historia.

Con información de Alonso Urrutia/La Jornada