MIGUEL PÉREZ

Miedo en la feria

La amenaza fue pública. La advertencia quedó registrada en mantas para que todos la vieran: “Se les informa a todos los artistas que se iban a presentar en la feria de Metepec, que no se presenten en dicho recinto, que eviten el derramamiento de sangre inocente (incluyendo la suya) que por acciones tomadas por la (lacra) el empresario Mario García, les queda prohibido presentarse”, decía el mensaje que colgaron en sendos puentes de esa ciudad colindante con la capital del Estado de México. 

Programada del 29 de octubre al 14 de noviembre, la tradicional feria de Metepec, cancelada el año pasado por la pandemia, tenía entre sus principales atractivos la presentación en el palenque de artistas como Pancho Barraza, Christian Nodal, Alfredo Olivas, Luis R. Conriquez y Julión Álvarez. En el Teatro del Pueblo ya se habían presentado el mismo Pancho Barraza y Yuridia, Liran Roll, Lenin Ramírez y el viernes, día en que fueron colgadas las mantas amenazantes, se presentó la banda La Adictiva, que en su nombre parece llevar la penitencia. 

El autobús en el que suelen transportarse los músicos de la agrupación fue atacada a balazos, aunque la agresión no se realizó durante su presentación en el Teatro del Pueblo sino cuando viajaban sobre la carretera Toluca-Atlacomulco, una vez concluida su participación. El incidente, sin embargo, no pasó desapercibido para los organizadores y el sábado anunciaron la cancelación de la feria. Se bajó el telón, se apagaron las luces, se acabó la fiesta. El tema no es menor, porque al final de cuentas se impuso la ley del más fuerte. El estruendo de las balas pudo más que los acordes musicales. Ganó el miedo en la feria. 

Pero lo más preocupante fue la inacción de la autoridad, llámese municipal, estatal o federal. Cierto que el día de las amenazas se redobló la vigilancia con agentes de diferentes corporaciones para dar seguridad a los visitantes a la feria. Pero al final del día, un grupo fuera de la ley fijó las condiciones y determinó que porque ellos así lo estimaban la feria debía cancelarse. La última línea de su manta amenazante fue: “respeten nuestra plaza y nosotros respetamos sus vidas”.  Es decir, el grupo delincuencial no solo determinó que la feria no debía llevarse a cabo, sino que se declara propietaria del territorio, de Metepec, colindante a Toluca, la capital del Estado de México, a unos kilómetros de donde despacha el gobernador Alfredo del Mazo. 

La entidad y los mexiquenses ya han sido testigos en los últimos meses de cómo los grupos fuera de la ley han montado sus reales en el sur de la entidad. Coatepec Harinas y Valle de Bravo pueden dar cuenta de ello. Los municipios y sus autoridades civiles y policiacas poco pueden hacer frente al poder ofensivo de estos grupos. El gobierno estatal no da muestras de enfrentar el problema. El silencio institucional es lo que priva frente a estos eventos. Y del gobierno federal no hay señales claras respecto a qué se está haciendo para reforzar la seguridad en la zona. 

El próximo año habrá elecciones para renovar gobernador en la entidad. Sería de desear que las autoridades no esperen hasta que pasen los comicios para intervenir, porque los ciudadanos merecen vivir seguros y con tranquilidad, sea en sus casas o en la feria. 

Twitter: migueles2000 

Comentarios: miguel.perez@hidalgo.jornada.com.mx 


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