La mano que mueve a Díaz 

Al inicio de la actual administración la delegación Hidalgo de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC) contaba con poco más de 350 empresas afiliadas la actividad privada y la obra pública lograron consolidar al sector como uno de los pilares de la economía estatal, porque su crecimiento repercute positivamente en otra docena de actividades productivas. 

Pero pandemia, “constructores consentidos” y el control del organismo empresarial generó la crisis que dio muerte a 114 empresas, lo que se prueba con el número actual de afiliados a la CMIC o bien que redujeron su actividad y se desafiliaron ante el entreguismo de su presidente Octavio Solís Cerón que asumió en febrero de 2021 el cargo para servir a los intereses de José Ventura Meneses Arrieta y Carlos Henkel Escorza. 

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Otro factor que quebró a muchas empresas fue la concentración de obra del Instituto Hidalguense de la Infraestructura Educativa (Inhife) en el grupo de constructoras propiedad o ligadas a José Antonio Díaz Centeno lo que acusa contubernio de este empresario con el director general del organismo Enrique Azpeitia Medina, que daba obra solo después de que las “palomeaba” el propietario de ADZ Construcciones, S. A, de C. V. 

Hubo constructores que aceptaron estas “reglas no escritas” y alcanzaron a ser considerados, pero otros no, llegó a tal grado la influencia de Díaz Centeno que subcontrató obra, así paso de una a media docena de empresas en corto tiempo, pero nadie sabe o se atreve a decir cuál es la mano que empujó a Díaz Centeno para tener tanta influencia en el Inhai. 

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Constructores consultados reconocen que la pandemia jugó un papel importante en contra de la industria de la construcción tanto en la obra privada como pública que los otros factores también contribuyeron definitivamente al cierre de un centenar de empresas y a que otras sobrevivan, generando fuerte desempleo e impacto negativo en las actividades ligadas a la industria de la construcción.