Ayer domingo se cumplieron cinco años del cobarde asesinato del periodista Javier Valdez, fundador del semanario Ríodoce y corresponsal de La Jornada en el estado de Sinaloa. Si bien hay identificados autores materiales e intelectuales del crimen, también existe consenso en la sociedad y en el medio periodístico respecto a que, en este caso, como en el de Miroslava Breach, corresponsal de La Jornada el estado de Chihuahua asesinada en marzo de 2017, la justicia no ha llegado.
La Jornada dedicó ayer la imagen principal de su portada y las dos primeras páginas del diario a recordarnos a través de la excelente pluma de Blanche Petrich, la vida y obra de Javier Valdez, en una especie de homenaje y recordatorio de que no se ha hecho justicia respecto a su muerte.
Tanto la de Valdez como la de Miroslava fueron dos voces acalladas de la manera más vil. Son dos nombres, que se suman a los miles y miles de hombres y mujeres que han perdido la vida en nuestro país, en crímenes atribuidos a un sinfín de causas pero que desgraciadamente en la mayoría de los casos terminan perdidos en archivos de la burocracia que bien podrían guardarse en la carpeta de la impunidad.
En el caso concreto de los comunicadores, sus muertes tienen la relativa ventaja, si así se le puede llamar, de pertenecer a algún medio de comunicación que puede convertir esas ejecuciones en casos de alto impacto y en donde la autoridad, con tal de no ser exhibida, apresura las investigaciones y logra, en el menor de los casos, dar con los presuntos responsables.
No obstante, la exhibición de esos casos en los medios de comunicación no es sinónimo de que se haga justicia. Cosa de ver el contador que lleva La Jornada en los casos de Javier Valdez y Miroslava Breach: mil 826 días en el caso del primero, y mil 879 dias en el caso de la segunda. Es decir, han pasado años desde que fueron ultimados y aún no se ha hecho justicia.
Desgraciadamente estos periodistas asesinados no han sido los únicos ni los últimos. El año que está corriendo se ha pintado de rojo por la sangre de al menos once comunicadores que han sido ultimados a lo largo y ancho del país. El presidente López Obrador al hablar de esos crímenes ha insistido en que a diferencia del pasado sus muertes no han sido ordenadas desde el poder. El tema en el fondo no es quién ordena las ejecuciones, sino que estas muertes de periodistas no deben ocurrir por ningún motivo, como no debe ocurrir ningún otro crimen sin importar a qué se dedique quien sea la víctima.
REBURUJOS
Ya son dos ocasiones en las que el presidente López Obrador lanza críticas contra la candidata del PRI-PAN-PRD a gobernadora en el estado de Hidalgo. La intención de estas críticas pareciera ser otra a la de ayudar al candidato de Morena en esa entidad, a decir de la ventaja que tiene Julio Menchaca en las encuestas. El tiempo nos dará la respuesta.
Twitter: migueles2000
Comentarios: miguel.perez@estadodemexico.jornada.com.mx
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