Carlos Camacho

Es tiempo de lealtades

Dice la conseja popular que “vivir fuera del presupuesto, es vivir en el error” y muchos de quienes han decidido dejar las filas del Partido Revolucionario Institucional (PRI), la aplicaron muy bien. Toca ahora, ver si aquellos que fueron leales al tricolor seguirán a sus líderes en sus siguientes aventuras políticas.

Omar Fayad Meneses, creó un grupo de incondicionales, con personajes que le acompañaron desde su incorporación al gobierno de Hidalgo, con Jesús Murillo Karam, y otros jóvenes que alcanzaron espacios de poder relevantes durante el sexenio pasado. Varios de ellos, hoy buscados por la justicia.

Los ocho diputados locales que renunciaron a su militancia, como otros 18 integrantes del comité estatal del PRI, una quincena de alcaldes y otra cifra no determinada de regidores, para convertirse en Grupo Plural Independiente (GPI), decidieron dejar al partido que junto con su jefe político les permitió probar las mieles de presupuesto. Algunos se atascaron.

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Hoy tienen ante sí el reto de probar que su convicción y lealtad es a su jefe y su futuro e indefinido proyecto y que no lo hicieron sólo por las comodidades de un empleo bien remunerado y la oportunidad de hacer negocios al amparo de su condición de alta burocracia gubernamental.

En la misma condición estarán quienes el lunes decidieron seguir los pasos del senador Miguel Angel Osorio Chong, quien confrontado con Alejandro “Alito” Moreno Cárdenas, decidió dejar las filas del PRI y crear su grupo “Congruencia por México”.

Ese día lo acompañaron muchos de quienes también se han enriquecido al cobijo de Osorio Chong, han gozado de buenos empleos y espacios de representación popular. Hoy, en congruencia con su jefe, han renunciado al PRI.

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Todos ellos han jugado a la política siempre con cargo al erario y ahora que viven en el error (es decir, están fuera del presupuesto) deberán demostrar que podrán acompañar a su respectivo líder, en su aventura política y dispuestos a soltar algo de su bolsillo para la causa.

Aunque, como en su oportunidad dijo un incondicional de Osorio Chong, cuando fue funcionario público: “A mí me gusta, bueno, bonito…y que lo pague el gobierno”.