Ubicado en el corazón del Parque Nacional los Mármoles, a 35 kilómetros del Pueblo Mágico de Zimapán, La Encarnación es un pueblo fantasma que guarda secretos de un pasado próspero. Este rincón de Hidalgo, rodeado de verdes paisajes, hoy es un destino casi deshabitado, pero que destaca por su rica historia minera.
Puedes leer: Este es el yacimiento de obsidiana más grande del mundo y está en Hidalgo
Un pasado industrial que marcó la historia
Fundado en 1815, La Encarnación fue en su momento una comunidad con gran actividad minera, que proporcionó los materiales para algunas de las construcciones más emblemáticas de México y del mundo.
En el siglo XIX, su fundición de hierro alcanzó notoriedad internacional tras ganar la medalla de oro en la Exposición de Londres, lo que impulsó aún más la industria local. Se cree que el hierro extraído aquí fue utilizado en la construcción de la Torre Eiffel, uno de los monumentos más famosos de París, lo que conecta a este pueblo con la historia global.
Ruinas del pasado y atractivo turístico
Hoy en día, La Encarnación es un pueblo con más casas abandonadas que habitantes, pero aún conserva vestigios de su esplendor. En sus calles se pueden observar construcciones de estilo inglés y una serie de ruinas que cuentan la historia de su apogeo. Las chimeneas de la antigua fundidora, cubiertas por maleza, son uno de los pocos recuerdos que quedan de su época dorada.
Entre las paradas más destacadas está la antigua tienda de raya, donde los trabajadores de la mina solían abastecerse de víveres. Actualmente, la familia que vive allí ofrece recorridos guiados que permiten conocer a fondo la historia de La Encarnación.
Te recomendamos: ¡Noche de cine en familia! Descubre las mejores películas de Netflix para disfrutar juntos
Un lugar perfecto para los amantes del senderismo y el turismo rural
A pesar de su pequeño tamaño y su aspecto desolado, La Encarnación tiene un encanto único. Rodeado por los imponentes paisajes del Parque Nacional los Mármoles, el pueblo ofrece rutas de senderismo entre manzanas y pinos, además de una oferta gastronómica de productos locales como ates, vinos y fermentos de manzana.
La Encarnación, con sus ruinas y calles tranquilas, es un destino imperdible para quienes buscan conocer uno de los secretos mejor guardados de Hidalgo, una joya escondida entre la historia y la naturaleza.
MHO
- Tula: vecinos acusan trabajos de drenaje deficientes; vuelven a romper la calle
- Hidalgo se posiciona como referente en turismo deportivo con inversión y convenio de colaboración
- Recomendaciones para enfrentar la temporada de frío
- La Luna es más antigua de lo que se creía, según astrónomos
- Hidalgo aprueba profesionalización de directores de turismo municipales