Desde el 2016 el Centro Mario Molina, – asociación que contribuye a generar, analizar y difundir información relevante sobre las estrategias de mitigación y las medidas de adaptación necesarias para enfrentar el cambio climático- planteó como una solución de fondo para mejorar la calidad del aire del Valle de México actualizar la normatividad en materia de verificación vehicular y garantizar su cumplimiento.
“La verificación vehicular en la ZMVM no está funcionando, ya que el sistema está rebasado por prácticas de corrupción inaceptables”, fue uno de los señalamientos plasmados en el documento Soluciones de Fondo para Mejorar la Calidad del Aire del Valle de México.
“Esto explica, en buena medida, que se haya observado un incremento sustancial en el número de vehículos circulando diariamente que, en muchos casos, además, generan altos niveles de emisiones, ya que lograron acceder al holograma cero aprovechando prácticas de corrupción y fallas evidentes en los sistemas de verificación”.
De acuerdo con los análisis del Centro Mario Molina, cerca del 15 por ciento de los vehículos con holograma doble cero, 45 por ciento de los que tienen holograma cero y más del 80 por ciento con holograma dos, rebasaban los límites permitidos.
“Y, lo que es aún más preocupante, más de 10 por ciento de los vehículos con holograma cero rebasan los límites permitidos en más de 20 veces. Esto, que de por sí es grave, lo es aún más si se considera que esos límites son laxos y deben ser actualizados”, precisa.
Verificación es responsabilidad de automotrices: asesor de la CAMe
Para el profesor investigador de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH), Sócrates López Pérez, la verificación vehicular debería ser una responsabilidad de las automotrices.
“El problema real es que los vehículos desde fábrica ya deben tener esos controles, por lo tanto, el ciudadano no debe pagar ningún impuesto porque es responsabilidad de las automotrices, esto no sucede en ninguna parte más que en México”, opinó el también miembro y asesor de la Comisión Ambiental Metropolitana (CAMe) en el grupo de científicos.
El académico cuestionó por qué Alemania no tiene programas de verificación y expuso que la razón es que sus vehículos desde fábrica tienen que estar dentro de esos márgenes de contaminación.
“Por eso los famosos catalizadores, las fábricas desde su origen metieron el catalizador, porque el catalizador sí controla las emisiones de los gases”, explicó el doctor en Ciencias Sociales en entrevista con La Jornada Hidalgo.
López Pérez definió el programa de verificación en México como aquel en el que el ciudadano paga un impuesto por contaminar.
“Si tú verificas o no tu auto vas a seguir dando el mismo aporte, porque la verificación lo único que te señala es que tu vehículo esté en cierta escala y que no rebase la emisión de esos gases, pero sigues emitiendo los gases”.
De acuerdo con el investigador la verificación vehicular sólo tiene un control de ciertos vehículos que están rebasando los niveles de bióxido de carbono y óxido nitroso, que son los dos gases más importantes que emite un vehículo y que afectan gravemente a la salud.
“Lo que más aporta de combis, taxis, transporte público, motociclistas, son los autos particulares, en este momento en Hidalgo, lo que tenemos es 353 mil 902 toneladas al aire anualmente de bióxido de carbono y 13 mil toneladas de óxido nitroso”.
En el caso del último gas, el asesor de la CAMe resaltó que la población lo respira y éste va a los pulmones y es un problema que se ha demostrado en laboratorio que es cancerígeno.
Sostuvo que al final de cuentas es la Ciudad de México la que pagará los platos rotos de la no verificación, porque el vehículo de Pachuca dejó el humo en la Ciudad de México, donde estudia, trabaja, etcétera.
“La no verificación en Hidalgo por un semestre es algo que le duele a la Ciudad de México. A quién le interesa que se verifiquen los autos, a la zona metropolitana del Valle de México, millones de autos del Estado de México e Hidalgo entran a la Ciudad de México”, indicó.
Semarnath encontró “brechas de seguridad” que abrieron la puerta a la corrupción
En junio de 2022, Hidalgo se quedó sin centros de verificación, luego de que tras una inspección de la Procuraduría Estatal de Protección al Ambiente (Proespa), 49 fueron revocados por diversas irregularidades.
Lo anterior originó que la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales en Hidalgo (Semarnath) exentara a los automovilistas del trámite de verificación del segundo semestre de 2022.
De acuerdo con la dependencia estatal, existe en los verificentros suspendidos una presunción importante y comprobada de que existen brechas de seguridad en el sistema informático.
La Procuraduría encontró evidencias significativas que permitían entender que había vulnerabilidad en la seguridad informática de los centros de verificación.
El lineamiento señala que no se puede tener navegación a internet, salvo para el sistema informático de los centros de verificación que se conectan con la Secretaría, y eso significa que bajo ninguna circunstancia puede existir la posibilidad de que se pueda navegar a internet con ningún otro propósito.
La Semarnath argumentó que hubo un desahogo de pruebas aportadas por los imputados, se hicieron los análisis y se determinó que ningún centro de verificación subsanó, y encuadraban en las causales de revocación.
No obstante, la suspensión de los verificentros no solo dejó al descubierto la sospecha de un proceso presuntamente “irregular” que mide los contaminantes que emiten los vehículos y genera recaudación, sino que además estaban en manos de autoridades.
El pasado 19 de julio La Jornada Hidalgo dio a conocer que diputados, exgobernadores, exsecretarios de gobierno y expresidentes municipales se encuentran vinculados a la lista de propietarios y apoderados legales de los centros de verificación que fueron revocados.
Mecánicos son fundamentales para la verificación: técnico
Miguel Pérez, mecánico en Tulancingo por tradición familiar desde 1994 y graduado como técnico automotriz en el año 2000, señaló que los mecánicos son parte fundamental en el tema de la verificación vehicular.
Recordó que cuando en México se inició el programa de verificación automotriz en 1997, los mecánicos tenían que estudiar un poco más, primero para conocer las normas del programa.
“Porque si usted tiene un vehículo que no pasa la verificación tiene que acudir a la agencia automotriz o a un taller mecánico, pero si nosotros como mecánicos técnicos o ingenieros automotrices no estamos capacitados para resolver esos problemas, también fomentamos la corrupción”.
“Lo primero que hacemos desde ahí es decirle al cliente: si no pasa ofrece un billete, porque el problema es del vehículo que se lo pasa al dueño y del dueño a los mecánicos, entonces es una escalera que va de arriba hacia abajo y abajo hacia arriba”, reconoció Miguel.
“Si no se corrige el problema de raíz, vamos a seguir teniendo problemas tanto de contaminación, problemas de verificación, y problemas de corrupción”, opinó el mecánico.
“Necesitamos capacitación y que los talleres se actualicen en conocimientos y tecnológicamente, y hagan lo que hagan el problema va a continuar si no se resuelve de raíz, que en este caso somos nosotros los mecánicos”.
Falta equipo en talleres para una pre verificación
Miguel sostuvo que cuando un vehículo llega al centro de verificación a veces son inadecuados los procedimientos que hacen que ese vehículo sea rechazado, “el principal es la temperatura del motor, que si no alcanza los niveles adecuados, que son por cierto altos, ese vehículo no va a pasar la verificación”.
“Tenemos problema de que para que un vehículo pueda medir esos niveles se requiere de un analizador de gases que pocos talleres pueden tener en Hidalgo. El problema es que nosotros solo podemos checar por medio de la parte electrónica que el vehículo esté trabajando de manera adecuada”, dijo.
“Pero el quemado del combustible ya no podemos nosotros verificar, llevan sensores para ver el cómo están quemando esos combustibles, pero si ese sensor que va en el tubo de escape empieza a mentir, nosotros al escanear el vehículo y ver las fallas que tiene, a veces no es perceptible esa falla porque el sensor está mandando la información equivocada”
“Es muy difícil que nosotros podamos percibir desde un monitor el cómo se está quemando el combustible, y ese combustible sale por el tubo de escape en forma de humo y ese humo es verificado a través del analizador de gases”.
Miguel considera que se vuelve un círculo vicioso porque los talleres mecánicos no tienen equipo adecuado y las personas que tienen la necesidad de verificar sus vehículos llegan a ciegas a expensas de lo que diga el verificador.
“Por eso es por lo que vehículos nuevos no pasan la verificación, a veces es por malos procedimientos”, aseguró el mecánico.
“Se está trabajando con la norma emergente de verificación que fue desde el año 2016, a través de una captura de datos que hace la computadora del mismo vehículo, como monitores”.
Explicó que esa captura es como si fuera una fotografía de cómo estuvo trabajando en cierto momento el vehículo, pero no significa que en ese momento el vehículo haya trabajado bien”.
“A mi taller me han llegado vehículos con problemas de altas emisiones que pasaron la verificación, porque en ese momento que fue tomada la captura el vehículo estaba trabajando bien”.
“Si el gobierno quiere corregir los problemas de contaminación y corrupción tiene que mirar hacia abajo, hacia el origen del problema, necesitamos como mecánicos mayor capacitación y facilidades para poder hacernos de equipos para hacer una pre verificación y que no se genere aglutinamiento en los centros de verificación ni corrupción”, concluyó.
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