Alrededor del mundo, los países han implementado planes de reapertura que han permitido retomar, hasta cierto punto, las actividades económicas que mueven las grandes metrópolis del mundo. Hoy en día, Nueva York sigue siendo el centro financiero más importante y es incuestionable su relevancia como una de las grandes capitales de la moda, gastronomía, arquitectura, deporte, artes y cultura. Además, alrededor del 36% de la población de Nueva York es extranjera por lo que la pluralidad y multiculturalidad que hacen a esta ciudad nos puede servir como un reflejo de lo que pasará en el resto de las metrópolis del mundo.
La reapertura de ciudades de alta densidad poblacional como Nueva York nos da un mensaje mixto: por un lado, grandes aglomeraciones parecen indicar que hemos superado la pandemia, mientras que en otras latitudes nuevas variantes del virus cobran cada vez mayor relevancia. Destaca que la ciudad ya no exige el uso de mascarillas en muchos lugares públicos.
A pesar de la estrategia de reapertura que se ha implementado en Nueva York, en abril se habían recuperado apenas el 41% de los empleos perdidos durante marzo y abril de 2020. Sin embargo, se observa una demanda laboral insatisfecha en ciertos sectores, principalmente en el ámbito turístico, restaurantero, minorista y de entretenimiento. Lo anterior evidencia un mercado laboral con múltiples inconsistencias, reflejado en una serie de disparidades en cuanto a competencias requeridas, distribución geográfica y expectativas en materia de prestaciones y modalidad del trabajo.
En el mismo sentido, encontramos inconsistencias en el sector inmobiliario, en donde una gran cantidad de locales comerciales continúan abandonados en lugares cuya ubicación perdió relevancia en el contexto de la nueva normalidad. Asimismo, llama la atención el número de locales vacíos que se pueden contar en corredores comerciales insignia como la 5ta. o 7ma. avenida de Nueva York. Los espacios comerciales y de oficinas desocupados oscilan entre el 12 y 27% del inventario actual dependiendo de la zona.
Por otro lado, el impacto que se ha manifestado en los índices de salud mental entre la población, empieza a tener reflejo específico en el escenario de los espacios urbanos. Lo anterior en un contexto en el que usualmente las personas en situación de calle llegan a padecer enfermedades mentales. Entre marzo y diciembre de 2020 se recibieron 85 veces más llamadas a los servicios de atención a la salud mental que en el mismo periodo en 2019. También resulta sintomático el incremento en la ocupación de los refugios para personas en situación de calle, llegando a un máximo histórico durante febrero con más de 20 mil personas al día en la ciudad de Nueva York.
Ante esta realidad, resultará fundamental que los tomadores de decisiones a nivel global adviertan las manifestaciones que se presentan en el tejido social de las grandes urbes que ya se encuentran en un proceso avanzado de reapertura. Lo anterior a efecto de delinear políticas públicas eficaces que retomen las experiencias positivas, al tiempo de atender los retos para la consolidación de un nuevo paradigma de bienestar urbano y equidad social.
EMILIO SUÁREZ LICONA
CONSULTOR Y PROFESOR DE LA UNIVERSIDAD PANAMERICANA
@EMILIOSL
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