A más de un mes del devastador paso del huracán Priscilla, que dejó inundaciones, deslaves, la suspensión de clases y lamentables pérdidas humanas en Hidalgo, la educación en los municipios serranos enfrenta una crisis que, según algunos docentes, es “más difícil que en pandemia”.
Aunque el pasado 12 de noviembre se anunció el regreso a clases presenciales, con la indicación de que las escuelas sin las condiciones adecuadas continuarían a distancia, esta alternativa ha resultado un tanto inviable en la zona Otomí-Tepehua. La falta de conectividad en la región impide que las actividades virtuales se lleven a cabo, dejando a varias aulas sin opciones de continuidad educativa.
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Supervivencia antes que escuela
El fenómeno natural impactó severamente a comunidades como El Canjoy, en San Bartolo Tutotepec, afectando directamente las actividades de planteles como la Escuela Telesecundaria No. 739.
Arturo Gómez Castro, docente de segundo grado en dicho plantel, señaló a La Jornada Hidalgo, que, durante las dos semanas inmediatas posteriores al desastre, fue imposible cualquier comunicación con el alumnado.
Explicó que la prioridad de las familias y la comunidad en general fue la supervivencia, la seguridad y la protección civil, lo cual limitó totalmente la continuidad académica en ese periodo crítico.
La única conectividad disponible es a través de datos móviles, con servicio inestable y lento, ya que las antenas de telefonía sufrieron daños significativos. “No todos los alumnos contaban con posibilidades de conexión inmediata,” lamentó el profesor.
El reto de la conectividad inestable
Desde el 27 de octubre, la modalidad virtual se impuso, representando un gran reto. “No todos los alumnos se conectan a las clases ni envían sus actividades a tiempo. Gran parte de ellos se encuentra en una situación de sobrevivencia, lo que dificulta que puedan cumplir con sus responsabilidades escolares”, afirmó Gómez Castro.
Comentó que, para poder realizar sus tareas, los estudiantes dependen de recargas o fichas de internet por tiempo limitado, pues la mayoría de las comunidades carece de una red Wi-Fi estable.
El docente comparó la situación con la emergencia sanitaria: “Más difícil que la pandemia, sí, porque en la pandemia podías llevar carro o ir en el transporte y dejar tus cuadernillos de trabajo. Ahora no es imposible, pero sí más trabajo para llegar a la comunidad.”
Estrategias de contención socioemocional
Ante el panorama, el maestro ha diseñado estrategias didácticas emergentes, flexibles y con un fuerte enfoque socioemocional, priorizando el acompañamiento y el uso de recursos accesibles como teléfonos celulares, libros de texto gratuitos, Actividades contextualizadas a la realidad de la comunidad, uso de herramientas digitales ligeras por ejemplo WhatsApp, audios, fotografías.
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Entre las actividades, los estudiantes han podido compartir relatos reflexivos sobre su experiencia ante el huracán, describiendo los cambios en su entorno, las condiciones de la comunidad y el fuerte impacto emocional y social vivido durante la contingencia.
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