Jorge Romero El Faro

Los incendios de Jorge Reyes

El alcalde Jorge Reyes llegó a su primer año de gobierno y más allá de festejar alguna magna obra, debemos reconocerle que al menos logró apagar varios incendios que heredó de la administración de Sergio Baños y sus antecesores.

El mismo Reyes reconoció ante el Cabildo, durante la ceremonia a propósito de la entrega de su primer informe, que una de las crisis que tuvo que superar apenas asumió el cargo fue la de la basura. Recordemos que al final del desastroso gobierno del priista Sergio Baños Pachuca se había convertido en un basurero, pues la empresa que estaba encargada de la recolección no era capaz de hacer el trabajo para el que fue contratada.

Así que Reyes tuvo que echar a andar un plan llamado “Pachuca limpia”, mediante el cual, para empezar, tuvo que comprar camiones y barredoras porque las dos administraciones pasadas se encargaron de desmantelar las capacidades del ayuntamiento para hacerse cargo de una de sus funciones más elementales.

Reyes también recibió el centro histórico en una situación de anarquía por la presencia de comerciantes ambulantes, situación que afrontó, consiguiendo al menos una solución temporal que permitió descongestionar el centro.

Otro de los problemas que no ha podido ser resuelto por la administración de Reyes es el estado desastroso en que se encuentran las calles. Aunque hay que aceptar que ningún alcalde podría revertir en un año la decadencia en que se encuentran las vialidades de la capital hidalguense, pues el presupuesto con el que cuenta la alcaldía simplemente no alcanza.

El propio alcalde reveló cuánto ha invertido su gobierno para infraestructura vial: 25 millones de pesos, una cifra pírrica para el tamaño del rezago. Hace un par de meses el secretario de Obras capitalino, Francisco Lugo, declaró que todas las 400 colonias de Pachuca tienen baches, para cuya reparación se requieren al menos 2 mil millones de pesos.

Así podríamos repasar varios de los problemas más urgentes que enfrenta la capital, y llegaríamos a la conclusión de que al presidente Reyes apenas le va a dar tiempo de enderezar un poco el rumbo.

Está difícil cuando tienes un pasivo de más de 100 millones de pesos que el ayuntamiento debe pagar para cumplir laudos, y cuando tienes un presupuesto de 1.3 mil millones de pesos (para 2025), de cuyo total 60% está comprometido para nómina y sindicato.

¿Qué es lo que podría venir para este segundo año? Al menos Reyes debería concluir su tarea de ordenar el comercio ambulante en el centro histórico, pues sigue sin ofrecer alternativas a los desalojados, lo cual es un problema que puede explotar en cualquier momento. Además, debe enfocarse en mejorar la movilidad urbana y revertir la inseguridad que se ha extendido desde el centro hasta las colonias periféricas.

A ver si al final de su administración logra enderezar un poco el barco.


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