El domingo pasado, los cuerpos de seguridad del estado y el Mando Coordinado en Atitalaquia, frustraron el atraco a un chofer del transporte de carga, quien alertó a través del 911 a las autoridades, cuando era perseguido en dos autos por los delincuentes, quienes lo sometieron, pero cuando estaban por concretar la operación, los agentes los atraparon en unos sembradíos, rescataron al conductor y la unidad con una carga valuada en un millón 200 mil pesos, aunque sólo fue detenido un ladrón; otros dos huyeron por los cultivos.
Dos días después, en la región de Tulancingo, otro conductor de un tráiler no tuvo la misma suerte y al tratar de impedir que lo atracaran fue asesinado a balazos. Las crónicas periodísticas indican que intentó proteger con su cuerpo a su esposa. El perdió la vida a manos de los delincuentes que mantienen en jaque las carreteras del país y siguen siendo un serio problema de inseguridad.
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El diputado local de Morena, José Luis Rodríguez Higareda, alertó en la tribuna del Congreso local, sobre el riesgo que corren diariamente los choferes del transporte de carga, que circulan por la Ruta 57 y el Arco Norte; pidió a la Guardia Nacional, refuerce los operativos de vigilancia, pues a pesar de contar con 126 mil agentes, sólo dispone de 6 mil 500 para patrullar las carreteras donde los índices de atracos se han incrementado.
El mismo legislador, dio cifras, y señaló que en lo que va del año se han cometido más de 4 mil 900 atracos, la mayoría de ellos impunes.
Apenas, en dos días, los hidalguenses nos enteramos de dos historias con finales contrastantes de lo que padecen cotidianamente los trabajadores del transporte de carga, cuya necesidad los obliga a exponerse todos los días que circulan por las peligrosas carreteras del país, particularmente las que conectan a la Ciudad de México, con el área metropolitana y la conexión del centro del país con el norte.
Hasta ahora, paree, no se ha atendido el llamado de auxilio del legislador que representa a la región de Tula, que en las semanas recientes se ha vuelto “nota roja” recurrente, por el número de ataques armados cometidos contra sus pobladores, sea por ajustes de cuentas, por el huachicoleo o por el atraco en carreteras a los transportistas que han organizado manifestaciones, bloqueos carreteros, sin lograr el objetivo de frenar los ataques en su contra.
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