La deserción de diputados, presidentes municipales, regidores y ex funcionarios del gobierno de Omar Fayad Meneses ahora es el menor problema que enfrenta la dirigencia estatal del Partido Revolucionario Institucional (PRI) designada desde el Comité Ejecutivo Nacional (CEN) porque su principal preocupación es el creciente reclamo de democracia de quienes permanecen en sus filas.
Tanto que habría que leer con atención el discurso de Esteban Ángeles Cerón en el aniversario 127 del natalicio de Javier Rojo Gómez en Huichapan a donde por cortesía política del gobernador Julio Menchaca Salazar acudió en representación el secretario de Gobierno Guillermo Olivares, pero ni por asomo acudió ya no Marco Antonio Mendoza Bustamante un integrante del Comité Directivo Estatal (CDE).
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El desaire de los carolinos no fue para los nietos de Rojo Gómez, Jorge y José Antonio Rojo García de Alba, fue para la expresión política más importante del PRI en la historia de Hidalgo y del país, considerando que el homenajeado fue fundador de la Confederación Nacional Campesina (CNC), que disputó la presidencia de la República y fue gobernador de Hidalgo y del entonces territorio de Quintana Roo.
Ángeles Cerón ex senador, ex coordinador del Congreso local, ex secretario de Educación y que de joven coordinó la campaña para gobernador de Jorge Rojo Lugo demandó democratizar al PRI para que sea una fuerza social y acusó inconsistencia ideológica y conciencia política en grado de súbditos por eso queda claro que la orden de no asistir a la dirigencia estatal vino de Insurgentes Norte.
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De donde salieron los ataques en dos medios nacionales contra el mayor de los nietos de Rojo Gómez, acusándolo de estar relacionado con el Huachicol, cuando por el rancho familiar no cruzan ductos y dada su cercanía con la ex candidata al gobierno del Estado de México, dijeron que se reunió con “Duarte y Delfina”, lo que desmintió puntualmente, pero es la estrategia de la dirigencia nacional para culpar a otros de las derrotas. Por eso la crisis del PRI se agrava.