¿Es verdad que la felicidad está tan sobrevalorada que corremos el riesgo de ser felices sin saber que lo somos? ¿O será que lo que nos impide distinguirla es no tener bien definido lo que esta significa para nosotros? ¿Es obligatorio ser feliz?…
Estas y muchas otras son las preguntas que surgen si nos detenemos a reflexionar acerca de qué es realmente la felicidad y cómo se logra construirla, parecería que ser feliz ha llegado a ser una consigna obligatoria, tanto que cuando no nos sentimos felices no solo experimentamos la emoción del momento: tristeza, enojo, frustración… sino además la culpa por sentirnos así.
La verdad es que con el tiempo comprendemos que la felicidad debe ser definida de manera personal y que pretender ser feliz desde la definición de otros ocasiona justamente lo contrario.
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Porque puede ser que sin darnos cuenta por perseguir la felicidad desde lo que es para los demás no lleguemos a identificar lo que la produce en nuestro interior.
La felicidad no es reír todo el tiempo, andar con sonrisa permanente o no quejarse nunca, de hecho, esto rayaría en un estado maniaco, lo que tampoco es sano.
En sí, es muy posible que la felicidad se acerque más a un estado de tranquilidad y paz, y que sea un sentimiento relativamente estable que acompaña a la satisfacción por la vida que estamos teniendo en el momento presente, y que claro, se ve acompañada por los buenos recuerdos y las ilusiones hacia el futuro.
Ser feliz no es obligatorio, es sano, le va bien a tu cuerpo, a tu mente, a tus relaciones.
Y se favorece al experimentar continuamente una inmensa dosis de gratitud por lo que tenemos en el aquí y el ahora.
La felicidad no es gratis, no es mágica, la felicidad se construye y cada quien lo hace a su manera.
La felicidad es una construcción mental derivada de la cantidad de pensamientos positivos y proactivos que elegimos cada día, y que aún en la adversidad nos dan fortaleza para mantenernos de pie o levantarnos de nuevo.
No es obligatorio ser feliz, sin embargo, empeñarse en transitar por la vida de la mejor manera posible y lograr que en el transcurrir de los años el balance general sea favorable, arrepentirnos menos por lo que no hicimos o las renuncias a las que llegamos, saber que nos tratamos bien y que sembramos grandes momentos con las personas más importantes de nuestra vida si no es del todo felicidad sin duda se le parece mucho.
Sentir pasión por lo qué hacemos cotidianamente, disfrutar y honrar tu profesión u oficio, abrazar a los que amas, no hacerlos dudar jamás de lo importante que son para ti, cuidarte siendo responsable de tu bienestar, reconocer errores, disculparte y enmendar, construir vínculos de calidad, permitirte sentirte querido, rodearte de personas con valores semejantes a los tuyos, distinguir cuando es tiempo de cerrar un ciclo y hacerlo bien, sin lastimar ni dejar que te lastimen…
Reconocer lo que te causa tristeza, atreverte a transitar por ella, elegir que no se convierta en sufrimiento y abrazarte de lo que te brinda alegría, distinguir qué o quien es luz en tu vida y que o quien te impide florecer.
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Ser honesto y generoso contigo como lo eres con los demás, hacer que valga la pena cada esfuerzo, cada día, saber también que no hay historias ni personas perfectas, disponerte a transitar por la vida de la mejor manera posible, comprometerte a hacer de tu vida una obra de arte, atreverte a ser tú, arriesgarte a volver a empezar, reinventarte, tener claro quienes son tus personas favoritas, reír con ellas y abrazarles mucho, romper paradigmas, levantar la voz con o sin miedo, aprender a amarte a ti mismo y no disculparte por lo mucho que te cuesta trabajo hacerlo a diario, vencer autosabotajes y renunciar a ir cargando sentimientos de culpa, negarte a viajar por la vida con resentimientos, determinarte a sentirte vivo y no dejar que se te pase la vida sin sentirte pleno, aprender de las decepciones y no renunciar a amar de nuevo…
¿Qué te hace a ti sentirte vivo, pleno, entusiasmado? ¿Qué le da vida a tu vida y te genera paz?
¿Qué te devuelve la motivación en los momentos difíciles? ¿Cuál es la razón por la que te levantas cada mañana? A través de estas preguntas y otras tantas puedes plantearte donde está tu felicidad.
No es obligatorio ser feliz, pero tu salud física y mental lo ameritan, no es obligatorio ser feliz pero sería un desperdicio no serlo cuando aún con todos sus matices, casi siempre o por lo menos, muchas veces, la vida es extraordinaria.
Un abrazo enorme
¡Feliz semana!
Lorena Patchen
Psicoterapia y conferencias.
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