Un nuevo gobierno

Poco más de noventa años tuvieron que pasar para que Hidalgo fuese gobernado por un partido político distinto al PRI o antecesores. El asunto no era de si esto iba a pasar tanto como de cuándo iba a pasar. Eso sí, se termina una era. 

Hay que recordar que nuestra democracia es joven, hace apenas unos 35 años las votaciones en México eran una burla y el PRI prácticamente ganaba todas las elecciones, pero en 1990 sucedió un cambio institucional muy importante, se creó el Instituto Federal Electoral y es cuando la situación empieza a cambiar. Para 1994 los votos ya contaban y el PRI, aunque todavía ganaba muchas elecciones, ya no ganaba todo, para el año 2000 no sólo perdía su mayoría en el Congreso, perdía también la presidencia de la república. Esta nueva realidad tuvo efecto en los estados, en 1999 once entidades eran gobernadas por partidos distintos al PRI, para cuando acabe el año, después de los resultados de ayer, el que no hace mucho era el partido hegemónico, sólo gobernará dos estados. En un México más democrático y sin renovar ideas ni formas de hacer política, el PRI en Hidalgo no iba a ser eterno, todo era cuestión de tiempo. 

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Lo que importa ahora es ver lo que puede pasar en el futuro, el cambio de partido gobernante no es bueno en sí mismo, el cambio es bueno si viene acompañado de buenas ideas, que esas ideas se vean reflejadas en políticas públicas eficaces y eficientes y que estas sean bien implementadas para que, con el paso del tiempo, nuestro nivel de vida sea mejor.  

El nuevo gobierno de Morena en Hidalgo debe de aprender de los errores que han cometido los gobiernos de su mismo partido, no sólo en otros estados sino también de los errores que se han cometido a nivel federal. No se trata de deshacer todo, se trata de mejorar lo bueno y de cambiar lo que definitivamente no funciona. Hidalgo no lo ha hecho tan mal como a veces se nos quiere hacer creer, la ONG ¿México Cómo Vamos? tiene su Índice de Progreso Social, es un índice que cubre varios aspectos del desarrollo, Hidalgo está en el lugar 18 de 32 estados, hay 14 estados en peor situación que el nuestro. 

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Destruir cuesta y construir cuesta más, como los recursos no son muy abundantes debemos poner esos recursos en donde de verdad hagan falta. No parece muy inteligente tumbar toda la casa porque una habitación no gusta, si hay buenos cimientos y buenas paredes es mucho mejor aprovechar lo que se tiene y hacer la casa mejor habitable.  

Nosotros como ciudadanos también tenemos tarea, debemos de aprender a evaluar mejor y a exigir, que nuestra responsabilidad no se quede sólo en votar. Si la gente votó por un cambio este debe reflejarse en un mayor nivel de bienestar sin pretextos, sin echarle la culpa al pasado. Después de que el nuevo gobierno tenga su periodo normal de aprendizaje, Hidalgo tiene que ser un estado más seguro, un estado con menos pobreza, un estado más productivo, con una mejor economía y un estado donde la corrupción de verdad se combata. Si no mejora, no hay que justificar tropiezos sino exigir resultados. 

Estas elecciones para gobernador fueron las segundas menos concurridas en los últimos 23 años, no salió a votar ni la mitad. Si bien Morena ganó con el 61% de los votos emitidos, estos representan apenas el 29% de los votos posibles y representan al 20% de los hidalguenses. El próximo gobernador y su equipo deben de estar muy conscientes de que tienen que gobernar para todos y de que 7 de cada 10 hidalguenses el domingo escogieron otra cosa, o no votar por su opción o anular o simplemente no ir a la casilla. Que todo vaya mejor para nosotros, como hidalguenses, ese es el deseo. Ya veremos si los nuevos están a la altura del reto.