En la reanudación de la audiencia de debate sobre el caso del homicidio de Gerardo S. C., hijo del exrector universitario, finalmente se presentaron a testimoniar las personas que auxiliaron desde el primer momento al joven, tras ser baleado en las inmediaciones del Rancho San José en la comunidad de Monterrey, municipio de Acaxochitlán.
De acuerdo con lo relatado, el joven había llegado, ya herido, hasta una casa en construcción para ser auxiliado, y justo cuando arribó a donde la pareja de trabajadores (albañiles) se encontraba, también llegó un auto blanco que conducía (un hombre de suéter verde) quien era el contador del rancho Yemila y entre los tres lo auxiliaron.
Mientras se hacían las maniobras, llegó un hombre joven de mediana estatura y de complexión regular, quien también colaboró en acomodarlo en la camioneta tras haber sido baleado. De este se desconoce la identidad.
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En una audiencia que comenzó desde las 9:00 horas y que contó con el testimonial de peritos, así como testigos presenciales, se informó que durante las labores de auxilio un hombre de entre 25 y 28 años de edad, que conducía un auto Chevy rojo, se acercó para ayudarlos, pero solo se cuenta con el retrato hablado de este sujeto, quien es de cara redonda, ojos claros y complexión mediana.
En esta cuarta sesión de audiencia, los jueces aceptaron la presentación de una prueba anticipada correspondiente a un testigo que señaló a Fernando N. de contar con una pistola calibre .45 en noviembre de 2018.
Durante la audiencia del caso 47/2021 se destacó que dicho testigo ya no se presentó en el juicio a comparecer por radicar en Estados Unidos. Sin embargo, el Ministerio Público subrayó que el hombre fue amenazado en octubre de 2019, ocho meses después del asesinato de Gerardo, tanto vía telefónica como posteriormente agredido físicamente, pero no se precisó quiénes fueron el o los presuntos responsables de las amenazas, tampoco del seguimiento en la carpeta de investigación por dichas amenazas.
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Según lo referido por este testigo presentado por el MP, se trata de un empleado de la empresa Yemila, quien indicó que Fernando N. contaba con un arma calibre 0.45, la cual habría ayudado a destrabar, pues el arma estaba trabada, según destacó.
Un punto clave es el retrato hablado, pues en un principio el MP consideró que esta persona que se detalla solo con las características podría haber sido el mismo Fernando; sin embargo, tiene características físicas distintas.
Hasta el momento, el MP ya ha desistido de testimoniales como la madre y hermana de Gerardo, pues se ha inferido que se encuentran fuera del país y han argumentado temor a represalias y otras situaciones para evitar declarar o ser vistas en la audiencia aun vía remota.
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