Escribió indeleblemente Martín Luis Guzmán. “La política mexicana sólo conjuga un verbo: madrugar”. La historia del PRI demostró más tarde que la política mexicana en realidad sólo aspiraba a conjugar tres verbos: Sumar, sumarse y sumirse.
Y tal parece que la historia se repite como un bucle, las últimas semanas han transcurrido una serie de hechos en el orden nacional que han manifestado la turbulencia que se vive en las esferas políticas que se mueven en miras de la sucesión del “24”, ante ello la renovación del poder ejecutivo en las 6 entidades federativas son un termómetro de la lucha entre las tribus de los diferentes institutos políticos.
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El estado de Hidalgo, no es la excepción, su cercanía con la capital y su mote de “Bastión Priista”, enciende el fuego de los electores para desarrollar la narrativa de que el próximo año se vivirá la “alternancia”, situación que utilizan los funcionarios públicos “guindas” de las diferentes latitudes para promover a sus aspirantes en cualquier reunión política o cada actividad de su día a día, lo que les cae como anillo al dedo, para pregonar que morena llegará al “cuarto piso”.
Mientras tanto en el “Cubo de Colosio”, (al puro estilo de siempre) los tricolores se reunieron el pasado domingo para mostrar el famoso “musculo” y el trillado mensaje de “unidad”, que en mensaje subyacente quiere decir que no están tan fuertes ni están unidos, lo que es peor están tan fracturados que de no resultar salir ungido su perfil, estos emigrarían a la seudoizquierda, a movimiento ciudadano o en apoyo de un “delfín” por la vía “independiente”, lo que resultaría por adelantado la derrota de los “tres colores” y la consumación de un régimen, almenos en la narrativa ya que en los hechos distan de congruencia.
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Es entonces que cerraremos un año cargado de “pre-proselitismo” político gubernamental, mismo que resulta extraño, no sea regulado por el Instituto Estatal Electoral de Hidalgo, ya que llevamos más de un mes entre mesas de “dialogo ciudadano”, “asambleas legislativas”, “brigadas médicas”, “competencias charras”, “concurso de canto”, donde se vitorea las grandes cualidades de tal o cual persona, describiendo las virtudes inexistentes.
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