En el panteón de Pachuca se acabó el espacio para nuevas fosas, advirtió el coordinador del camposanto capitalino, Edgar Sánchez Sánchez, quien dijo que le tocará a la nueva administración municipal ampliar su capacidad.
Sánchez Sánchez explicó que en el panteón municipal de Pachuca ya no existe espacio, por lo que son afortunados quienes tienen perpetuidad. Con más de siete años de permanencia, sin perpetuidad, los restos deben ser removidos, se entregan a los familiares o se reubican en un espacio común.
En la ampliación que corresponde a la parte trasera del cementerio, el responsable señaló que tampoco se tiene espacio, a menos que vayan familias y exhumen el cuerpo que tienen ahí de sus familiares, “apenas ayer hubo una exhumación, y se lo dimos a una abuelita del DIF”.
Covid agravó saturación
Sánchez manifestó que, debido a la pandemia de Covid, la mayoría de los fallecidos por esa causa son cremados, porque ya no se tiene el espacio suficiente.
Sólo en noviembre, tuvieron 80 inhumaciones y en un día como el lunes pasado, tuvieron nueve, cuatro de las cuales fueron de personas fallecidas por Covid 19 y cinco de muerte natural; mientras que el día de ayer fueron sepelios de dos personas por infarto y cáncer, “es muy variable, porque como nos pueden llegar en un día cinco o seis de Covid, puede llegar uno”.
El encargado del camposanto explicó que funerarias como Arriaga, que acapara la mayor parte de los servicios de este tipo, tiene también un paquete y su crematorio, y si la familia del difunto tiene perpetuidad en el panteón municipal, la empresa se encarga de todo, pero otra opción es que ofrezca a los deudos un paquete que incluye la sepultura en el Panteón Memorial La Paz.
Precisamente el Memorial La Paz ha servido para desahogar la saturación del panteón municipal de Pachuca, al igual que otros panteones con los que cuenta la alcaldía de Pachuca, que son manejados por ejidos, como El Tezontle, San Antonio, San Miguel Cerezo, Santiago Tlapacoya, además del cementerio de Pachuquilla, en Mineral de la Reforma.
Ya se estudia su ampliación
El funcionario explicó que en el Cabildo de la capital hidalguense, se estudia la ampliación del panteón municipal, pero como el concejo ya va de salida, quedará para la siguiente administración darle continuidad. El proyecto es adquirir un terreno de tres o cuatro hectáreas que está en el costado izquierdo del panteón, donde en la actualidad existe un campo deportivo.
Abundó que una probable ampliación resolvería la saturación por unos ocho o diez años, y daría espacio para alrededor de ocho mil fosas, “pero estamos en la mesa todavía discutiendo eso, ahorita veo imposible que lo hagamos, tenemos que dar una solución porque ya no cabe la gente”.
En Tulancingo prevén abrir una tercera sección del panteón San Miguel
La segunda ciudad más grande de Hidalgo, Tulancingo, si bien no registra una situación tan grave como la de la capital del estado, no se salva de la próxima saturación de su principal camposanto.
No obstante que el panteón San Miguel, ubicado en la colonia Zapotlán de Allende tiene todavía capacidad, el gobierno interino municipal prevé que se abrirá la tercera sección del camposanto.
“Tenemos una ocupación del 65 por ciento, y un 35 por ciento disponible en el área de la segunda sección”, informó el director de Panteones Municipales, Mario Blanco Amador, en entrevista con la Jornada Hidalgo.
Sobre cuánto incrementó el número de inhumaciones desde el inicio de la pandemia por Covid 19, Blanco Amador indicó que como el Concejo Municipal Interino de Tulancingo asumió funciones a partir de septiembre de 2020, no cuenta con ese dato.
Detalló que en septiembre fueron 25 inhumados, diez mujeres, 15 hombres, entre ellos siete u ocho con posibilidad de Covid 19; octubre, 31 inhumados, 16 mujeres, 13 hombres y dos fetos; noviembre, 33 inhumados, 13 mujeres y 20 hombres.
“Lamentablemente con esta pandemia sí es necesario ir viendo otra parte, eso sí se tendría que ir checando, y ver la opción de abrir la otra tercera parte de sección del cementerio”, subrayó.
Con información de Edgar Chávez y Nathali González.
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