Si acaso se concreta la doble iniciativa morenista de establecer legalmente que para el relevo en el poder ejecutivo, dentro de dos años, los partidos contendientes se vean obligados a postular únicamente mujeres como candidatas, los caballeros aspirantes a ese cargo, difícilmente se quedarán con los brazos cruzados y podrían emular a la presidenta nacional de Morena, Luisa María Alcalde, que impugnará ese procedimiento que se busca concretar en San Luís Potosí, para que el gobernador Ricardo Gallardo postule a su esposa la senadora Ruth González.
Ya lo dijo, por ejemplo, el expriista José Antonio Rojo en una entrevista, que está bien que las mujeres aspiren y lleguen a espacios de poder, pero no por decreto, sino por su trabajo y sus méritos políticos.
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Otro que difícilmente se quedará con los brazos cruzados será sin duda el senador de Morena, Cuauhtémoc Ochoa Fernández, quien en su hoja de ruta tiene la mira puesta en el 2030, pero si las condiciones se le acomodan, buscaría adelantar su pretensión y buscar la candidatura para el 2028.
Incluso, al interior de Morena hay perfiles que pretenden la sucesión y trabajan en esa intención. Varios de ellos forman parte del equipo que acompaña al gobernador Julio Menchaca Salazar y seguramente no estarán conformes en que por la vía de la ley se les prive de la oportunidad legal de votar y ser votados.
En esa condición estarían los secretarios de Educación, Natividad Castrejón; de Agricultura, Napoleón González; el vapuleado secretario de Gobierno, Guillermo Olivares Reyna; Alejandro Velázquez, secretario del Despacho del Poder Ejecutivo.
En el otro poder, está el diputado Andrés Velázquez Vázquez, como uno más de los aspirantes, aunque le toca la paradójica tarea de sacar adelante esta iniciativa presentada por las diputadas Hilda Miranda y Diana Rangel.
Y, por lo que ser sabe, urge darles trámite a las dos iniciativas, lo que deberá quedar saldado la próxima semana. Ya veremos las reacciones de los afectados.

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