“He de mantener la casa impecable, la ropa lista,
el ritmo de la alimentación infalible. Pero no se me
paga ningún sueldo, no se me concede un día libre
a la semana, no puedo cambiar de amo”
Álbum de familia. Rosario Castellanos.
Este viernes terminó la XVI Conferencia Regional sobre la Mujer (CRM) que concluyó con el Compromiso de Tlatelolco, lugar en el que se llevó a cabo, al igual que hace 50 años, en este documento se establece una década de acción (2025-2035) en América Latina y el Caribe para acelerar el logro de la igualdad sustantiva y la sociedad del cuidado; reconoce el derecho humano al cuidado, que incluye el derecho de las personas a cuidar, a ser cuidadas y a ejercer el autocuidado; plantea que la Conferencia pase a denominarse en español Conferencia Regional sobre las Mujeres de América Latina y el Caribe; propone el compromiso de adoptar marcos normativos, políticas, programas y sistemas integrales de cuidado; reconoce que la actual organización social de los cuidados en América Latina y el Caribe es injusta y desigual y ha afectado históricamente a las mujeres; reitera el compromiso con la paridad, con llamado a que la próxima Secretaría General de la ONU sea ejercida por una mujer; México presidirá la Mesa Directiva hasta 2028, cuando Colombia sea sede de la próxima Conferencia.
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Por ello, el texto de Rosario Castellanos que nos recuerda que justamente fue el movimiento feminista que ha logrado con el impulso en la región que el cuidado sea considerado precisamente un trabajo (no remunerado, debido a la división sexual del trabajo y en muchos casos aún destinos de las mujeres) y ahora también un derecho como recientemente se determinó en la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH), como sabemos el que esté reconocido no significa que necesariamente eso cambia en los territorios, además de la legislación, se necesita muchas otras cosas como se dialogó en las Reflexiones Feministas para el cambio cultural del cuidado, organizado por la Organización Feminista Marcosur.
Hubo muchos eventos, pero otro debate que es necesario dar es sobre temas fiscales, medidas legislativas, cambios culturales, para todo el tema del cuidados sea una realidad, de la que por supuesto estamos lejos de tener siquiera un piso mínimo en Hidalgo.
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Mi pecho no es bodega. De nueva cuenta la libertad de expresión en peligro, sigue la censura en el ayuntamiento de Tulancingo ahora con el reportero Octavio Jaimes, tal parece que la presidenta municipal Lorena García Cazáres, no sigue los principios de la transformación, ni de lo dicho por la Presidenta Scheinbaum que ha reafirmado la libertad de expresión, quizá alguien deba recordárselo a la presidenta municipal.
mho
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