Es primero de noviembre al mediodía, se celebra el Xantolo, y se retiran los espíritus de los niños y llegan todas las ánimas que llegaron a la edad adulta, fueron esperados con paciencia durante un año por sus familiares que con antelación realizaron los preparativos para realizan la ofrenda para sus seres queridos, lo que disfrutaban en vida.
En las calles de las comunidades de la Huasteca se escucha el zapateado y los gritos de los grupos de disfrazados que ejecutan sus mejores pasos al ritmo de la jarana, el violín y la quinta huapanguera.
Las manecillas del reloj marcan las 12, ya están listos el mole o los tamales, también el pan de muerto, atoles, dulce de calabaza, naranjas, mandarinas café y no puede faltar la cerveza o el aguardiente, según el agrado de quienes ya no están en el plano terrenal.
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Previamente las amas de casas colocaron en los altares no faltan las flores y papel picado de colores sobre un mantel blanco, que le da colorido y vistosidad a la ofrenda.
No falta es el copal que es un tipo de incienso que se utiliza, según la creencia, para purificar el ambiente y alejar los malos espíritus y atraer a los buenos.
Asimismo en el piso se coloca un camino de pétalos de flor, que es como un camino para las almas de los difuntos.
El carbón es encendido y se coloca el copal que genera un humo se olor agradable y con la ayuda de un recipiente se sopla hacia los alimentos que fueron ofrendados.
Según la creencia cuenta que la ofrenda debe permanecer desde el 31 de octubre hasta el 8 de noviembre, para cumplir con el tradicional “ochavario”, periodo que tienen los difuntos para llegar y retirarse.
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El Xantolo se fortalece cada año porque los huastecos se distingue por su fe y tradición, expresó el cronista de la ciudad, Francisco Mojica Mojica quien describió a la festividad del Xantolo como una actividad alegre de regocijo, porque se tiene el encuentro con los seres queridos que regresan del Mictlán, “Tierra de los muertos” o “El más allá”, el arcano.
Expuso que la muerte no existe, sino que es una transición que se hace de esta vida terrenal a otro plano y que por ello el Xantolo, no es una festividad que genere tristeza, sino alegría y emoción por compartir esta ocasión los alimentos, que forman parte del ritual.
Señaló que en la actualidad se mantiene en las comunidades rurales la esencia de las tradiciones culturales indígenas de la Huasteca.
De la misma manera, planteó que para los nativos de la región es importante que las actuales generaciones tengan información para que puedan comprender la importancia de las tradiciones para que persistan y que además que nota un esfuerzo de toda la sociedad por preservar las tradiciones.
Asimismo, indicó que aunque la fiesta algunos la matizan con otras costumbres, mantiene en muchos aspectos su originalidad, tales como las danzas y la elaboración de los arcos.
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