El 2 de marzo de 2023, el Congreso de Puebla se convirtió en el primer estado a nivel nacional que reconocerá los ataques con ácido y otras sustancias corrosivas como intentos de feminicidio.
Con 37 votos a favor y cero abstenciones, el congreso local dejará de considerar estos ataques como lesiones agravantes para sancionar y tipificar este tipo de violencia.
Durante la sesión ordinaria del congreso, tomó la palabra Aurora Sierra, diputada por parte del PAN, quien refirió lo siguiente:
“Una de las formas más brutales es la violencia ácida o con sustancias químicas, que no solo causa daño físico si no también emocional y psicológico a las víctimas, la violencia ácida es un acto atroz que más allá de destruir apariencia física de una mujer, tiene como objetivo destruir su vida y la de sus seres queridos, las marcas no solo son físicas, si no también psicológicas”
¿Qué es la violencia ácida?
Este tipo de violencia usualmente se ejerce como castigo o venganza hacia la víctima con la intención de herirla grave e irreversiblemente, poniendo en peligro su vida y afectando severamente su salud física y mental.
Según el último informe de la organización Acid Survivors Trust International, de los 1500 casos de ataques con ácido, el 80% de las afectadas son mujeres.
Hasta agosto de 2022, en México se registraron 47 ataques con ácido, de los cuáles el 94% quedan impunes.
Este tipo de violencia obtuvo el foco de atención luego de que María Elena Ríos, una saxofonista oaxaqueña fue agredida con ácido en septiembre de 2019 por órdenes de su ex pareja, el diputado priísta, Juan Antonio Vera Carrizal, que quedó en libertad.