Una experiencia para ver el otro lado de la vida 

Con una manera diferente en cuanto a la estructura de un libro y sobre todo de narrar una experiencia interna en donde temas como el futuro, las relaciones personales, el arte, entre otros pensamientos son vividos gracias a la experimentación con el ácido lisérgico, Margarita Dalton refleja todo esto en su obra Larga sinfonía en D y había una vez… 

La escritora, quien ya había dejado en el pasado dicha obra que escribiera a los 23 años y que Penguin Random House, en su colección bajo el sello Lumen, la reeditaría a sus 80, explicó que trató de alguna manera plasmar en líneas la experiencia que vivió en París al lado de unos amigos cuando le invitaron a probar con dicha droga, la cual, asegura, le abrió puertas mentales. 

Larga sinfonía en D y había una vez… se presentará en la Feria del Libro en el Palacio de Minería el próximo 26 de febrero. Foto Especial  

“Para empezar, yo no estaba tan consciente de que era una droga, yo no la consideraba como ahora se conceptualiza como droga, en ese momento era una experiencia diferente, era algo distinto, yo no sabía en ese momento de qué se trataba, fue un poco de mi parte bastante inocente, siempre he sido una persona inocente, pero cuando tenía 23 años era más que ahora. 

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“Entonces fue una experiencia que fue sorpresiva para mí, porque no me imaginaba qué iba a hacer, primero que iba a durar tanto tiempo y segundo que iba a ser tan transformadora de la mente y eso fue una revelación, porque de pronto se abrieron todas las puertas de la percepción, como diría Huxley. Entonces, de cierta forma fue ese momento de inocencia, de despertar, por eso pongo en el libro que hay que leerlo con los ojos abiertos, porque no es tan fácil dar a conocer una experiencia de sensaciones, eso es lo que es el libro, aun cuando existan todas estas reflexiones internas y todo el mecanismo de la autorreflexión para los tres personajes”, explicó. 

Alrededor de un año y 8 meses, recuerda la autora, se tardó en escribir Larga sinfonía en D, sin embargo, niega que su libro refleje lo que hoy en día es el mundo de las drogas, las cuales están vinculadas a la violencia que los carteles del narco han desatado en el territorio mexicano. 

“Yo creo que hablar de drogas es una cosa y hablar de estados alterados de conciencia es otra, son dos cosas distintas. Por ejemplo, en México, en Oaxaca, Nayarit, entre otros estados, se experimenta con plantas, sobre todo en Sudamérica. Es decir, el hecho de que existan plantas alucinógenas que te ponen en otros estados de conciencia, esas yo no las considero como drogas. 

“Es decir, yo pienso que hay una perspectiva diferente ahora, porque las drogas se asocian con la delincuencia organizada, pero yo no considero esta experiencia como una de drogadicción ni nada por el estilo”, comentó. 

La también editora, investigadora y académica nacida en la Ciudad de México y quien se ha dedicado a defender con sus escritos los derechos de la mujer, explicó que su experiencia no la asocia con la drogadicción que viven los jóvenes en la actualidad, en donde se consumen componentes químicos que alteran la realidad y los engancha hasta la muerte. 

Durante el viaje de conocimientos y pensamientos de Ana, Martín y Roberto, los tres protagonistas, la autora en cada capítulo inicia con fragmentos de canciones de The Beatles, Bob Dylan y George Harrison, pero también partes de escritos de Lewis Carroll, el autor de Alicia en el País de las Maravillas, entre otros. 

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Margarita reconoció que estos músicos y autores, también aparece Marshall McLuhan, influyeron en cuanto a pensamiento y forma de ver las cosas en el momento de que ella escribiera dicho libro. 

“Me identificaba con ellos y de alguna manera sentía que lo que yo estaba escribiendo podía identificarse con el pensamiento de ellos y muchos de ellos, como los Beatles, habían experimentado con el LSD y todo eso. Entonces era también el momento en que ellos estaban experimentando, viajando física y mentalmente también”. 

Tras 50 años de haber escrito Larga sinfonía en D y había una vez…, Margarita Dalton confesó que no recordaba lo que ella en su juventud había hecho, sin embargo, al releer su libro pudo encontrarse con pasajes irónicos que plasmó en aquel entonces. 

“Cuando me dijeron que lo querían reimprimir y me habían estado buscando otras editoriales también, la primera sorprendida fui yo de que volviera a renacer este libro que ya para mí había quedado atrás hace muchos años. Yo acabo de cumplir 80 años, entonces no es tan fácil recordar lo que fue Margarita Dalton cuando tenía 23 años, pero sí el hecho de que se vuelva a publicar y de que he releído algunas cosas, pues algunas situaciones me hacen reír. Lo veo como algo que hice en mi juventud y que me hizo pensar”, explicó. 

Y aunque ella reconoce que no es un libro fácil de leer por la estructura no lineal que plasmó en él, ya que inicia con un pasaje que no necesariamente es el arranque del viaje, Margarita recomienda a jóvenes y a quien quiera leerlo tenga los ojos bien abiertos para disfrutarlo y entenderlo. 

“Hay que tener la mente abierta y darte cuenta de que no es un libro que narra una historia de una forma lineal, como se narra una historia, porque son las horas que están cruzadas, no empieza cuando inicia el viaje, empieza en otro momento y esa fue, de alguna manera, el reto que me di, de haberlo escrito de una forma y luego presentarlo de otra forma que rompiera los estereotipos, que rompiera las formas”, aseguró. 

Larga sinfonía en D y había una vez… se presentará el próximo 26 de febrero en la Feria del Libro en el Palacio de Minería.

“Estoy viviendo una vez más esto con mucha alegría y agradecimiento, es como si a la Margarita Dalton de 80 años la viniera a visitar la de 23” 

Margarita Dalton