Simón Vargas Aguilar
“La educación genera confianza. La confianza genera esperanza. La esperanza genera paz.”
Confucio
El cierre de planteles educativos en todos los niveles alrededor del mundo derivado de la pandemia originada por el virus SARS-CoV-2 ha suscitado desafíos que no habían sido considerados, ya que a pesar de que este importante rubro ha evolucionado y el modelo tradicional ha sido complementado con tecnología, hoy docentes, personal administrativo, alumnos y padres de familia se han enfrentado a un proceso de adaptación que implica un sistema totalmente en línea.
La afectación en el sistema educativo ha sido considerable, de acuerdo con datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Culturapara finales de julio permanecían cerradas las escuelas en más de 160 países, lo que impactará a alrededor de mil 500 millones de alumnos, no sólo durante este año sino probablemente también para el siguiente.
Y no es que las plataformas para dar clases, los cursos en internet o las videoconferencias sean un tema nuevo, sino que ante la rápida expansión del coronavirus los planteamientos principales parecen ser dos: 1) reabrir los planteles arriesgándose a un posible incremento de brotes, o 2) continuar con alternativas virtuales que podrían producir rezagos educativos.
Además, aunque la segunda alternativa parece la más eficaz para disminuir los contagios, también coloca otros planteamientos importantes en el aire, ¿los docentes y las instituciones están preparados para nuevas formas de enseñanza?, ¿las clases virtuales hasta el momento permiten que los alumnos absorban adecuadamente los conocimientos?, ¿cuánto tiempo se debe dedicar al estudio online? Y lo más importante, ¿cómo volverán a clases aquellos que no han contado con las facilidades de internet, dispositivos electrónicos y tiempo para el estudio?
Las imágenes de escuelas que han reabierto en diversas partes del mundo como Alemania, China o Japón muestran alumnos en cubículos de plástico con cubrebocas y guantes de látex, y es que a pesar de que podría continuarse con una educación remota, el relacionarse con otros o el simple intercambio de opiniones son factores que pesan de sobremanera en la estabilidad psicológica y sentimental, de acuerdo con la American Academy of Pediatrics los espacios escolares son fundamentales no sólo para la instrucción académica sino también para la nutrición, las aptitudes sociales y emocionales, así como para la salud mental y física de las niñas, niños y adolescentes.
De acuerdo con el informe de la OCDE “Panorama de la Educación 2020” es fundamental que el gasto público en cuanto al rubro de educación a largo plazo se mantenga como una prioridad para garantizar que todos y cada uno de los jóvenes tengan la misma oportunidad para continuar educándose, triunfar en la escuela y desarrollar las competencias que necesitan para contribuir a la sociedad.
Es innegable que la educación se ha convertido en uno de los elementos más importantes para el crecimiento, desarrollo e impulso económico de las naciones, porque hoy más que nunca los sistemas educativos podrían ser un eje trascendental para recuperarnos de la crisis, porque cualquier esfuerzo por mínimo que sea contribuirá al desarrollo del futuro.
*Analista en temas de Seguridad, Justicia, Política y Educación.
*Si deseas recibir mis columnas en tu correo electrónico, te puedes suscribir a mi lista en el siguiente vínculo: http://eepurl.com/Ufj3n
Deja una respuesta