Vivimos en un mundo vertiginoso. Los cambios se suceden en instantes en todos los ámbitos de la vida. La velocidad con la que nos llega la información de lo que ocurre en nuestro entorno o bien del otro lado del mundo ocurre en segundos. En dos o tres clicks somos capaces de checar Facebook, Twitter, Instagram y medio enterarnos de lo que nos interesa de nuestros amigos o del mundo en general. El desarrollo de la tecnología nos permite este ritmo acelerado de vida.
Como en la revolución industrial, la revolución tecnológica ha impactado radicalmente la vida cotidiana de hombres y mujeres. Frente a nuestros ojos hemos visto desaparecer actividades que antes eran indispensables o cotidianas. Para desgracia de muchos algunos oficios desaparecieron y fueron sustituidos por alguna máquina o aplicación. Para muchos más estas opciones facilitaron su vida. Pensemos, por ejemplo, en las transacciones bancarias desde el celular o la computadora, o las compras de boletos de cine sin tener que hacer fila o bien el conseguir un taxi sin tener que salir a la calle.
Como en todo, hay quienes saben aprovechar estos cambios tecnológicos para hacer su propio negocio. Youtubers o influencers han sacado raja mercantil de la tecnología, monetizando sus mensajes más allá de la calidad de sus contenidos.
Mientras haya quien esté dispuesto a consumirlos, ellos ganan. Hay otros que han logrado hacer de este desarrollo tecnológico una oportunidad de mercado de dimensiones internacionales, pensemos en Uber o Didi. Empresas que han requerido de la intervención de las autoridades en muchas regiones del país o del mundo para que su competencia sea pareja en igualdad de circunstancias: pago de derechos, impuestos, etc.
La competencia al final del día es buena. El mercado en todos los ámbitos es muy amplio y mientras más opciones haya mejor, el beneficiado es el consumidor. El servicio de comida a domicilio es el mejor ejemplo: aplicaciones sobran y el comensal decide por cuál de todas opta: la más rápida, la más eficiente, la más económica.
Por eso, es de destacar la aplicación para vehículos de servicio de taxi que se creó en el estado de Hidalgo: Taxi Contigo, herramienta que busca insertar a los propietarios de vehículos de servicio de pasajeros a entrar en este mundo globalizado y cada vez más tecnologizado, para que en el momento en que se autorice la entrada de las dos grandes empresas trasnacionales, los taxistas organizados tengan una plataforma similar que les permita competir en igualdad de circunstancias.
Como en el servicio de la comida a domicilio, el servicio de taxi es útil, necesario e incluso indispensable. Contar con una herramienta más como Taxi Contigo en Hidalgo, y porque no en otros estados de la república, puede beneficiar a cientos o miles de taxistas frente al servicio que ofrecen las aplicaciones ya establecidas y que no por ser las más publicitadas deben ser las únicas en el mercado. La revolución tecnológica avanza a pasos agigantados y mientras más preparados estemos todos, nos permitirá sobrevivir en el mundo. Los taxistas no deben ser la excepción.
Twitter: migueles2000
Comentarios: miguel.perez@hidalgo.jornada.com.mx
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