Pese al optimismo de la secretaria de Movilidad y Transporte sobre las condiciones en que opera el Tuzobús, no hay claridad en lo que sucederá con ese sistema que se deshace a pedazos por la falta de mantenimiento y porque la irregular concesión otorgada por cinco años solo beneficia al empresario mexiquense Luis Javier Ancona Luna, que tiene millonarias ganancias sin invertir un peso.
Lyzbeth Robles Gutiérrez sostuvo en entrevista que redimensionan el sistema y que decidirán en 2025 por donde empiezan a renovar el parque vehicular si por las alimentadoras o por las troncales y, no quiso adelantar cuántas unidades y que inversión se requerirá, cuando ya se había estimado desde 2022, que sería de alrededor de 500 millones de pesos, cifra que tres años después seguro aumentó.
Durante el proceso de entrega recepción se conoció que la posibilidad de mejorar el servicio era una licitación internacional, que no dio tiempo a Omar Fayad de realizar, pero todo estaba listo para que el nuevo gobierno la convocara mientras el Tuzobus podía seguir en manos del operador temporal que decidiera.
De esa manera de los grandes consorcios camioneros, el que ganara, pudiera invertir en el parque vehicular, porque las unidades de las rutas troncales tienen que ser por pedido para que cumplan las especificaciones y evitar que el gobierno destine recursos a la adquisición, además de subsidiar el servicio, lo que sucede en todo el mundo.
Así que sorprende que Robles Gutiérrez hable de una inversión del gobierno, cuando financieramente lo conveniente es licitar, más cuando las rutas de transporte público federal de pasajeros están saturadas y las grandes empresas transportistas buscan diversificar sus mercados, teniendo como ejemplo el metro bus de la Ciudad de México cuyo esquema le ha funcionado al gobierno capitalino. Lo demás es justificar que se otorgó irregularmente la concesión por cinco años al principal accionista de Lusa, Luis Javier Ancona; lo que extraña es que las condiciones del sistema Tuzobus y en general de la Secretaría de Movilidad y Transporte (Semot) lo conoció la empresaria Patricia Briseño, esposa del secretario de Gobierno Guillermo Olivares Reyna, como parte del equipo de transición del nuevo gobierno.