No terminaba la secretaria de Turismo de acusar violencia política de género y periodística en su contra al especularse en redes sociales que a su esposo lo había subido a una patrulla en probable estado inconveniente en la Muestra Gastronómica de Santiago de Anaya, cuando se desmarcó del conflicto que originó la empresaria Alejandra Leal González acusada por Hñahñus del Valle del Mezquital de plagiar la muñeca Nxutsi.
Elizabeth Quintanar Gómez en el primer caso alegó que le pidieron un aventón a un patrullero para que la llevara a ella y su familia hasta el lugar donde había dejado estacionado su vehículo, lo que, si bien no es grave, se debiera evitar porque utilizó su envestidura de secretaria para distraer de sus funciones a los policías, que es la seguridad no transportar a funcionarios.
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La información que circuló, le sirvió de argumento para decir que los medios solo atacan a las secretarias y no a los secretarios del gobierno estatal y fue más allá al afirmar que había violencia periodística en su contra, cuando si ella no pide el traslado y, junto con su familia como todo asistente a la muestra camina hasta el estacionamiento se hubiera ahorrado los comentarios adversos.
Ahora ante el conflicto por el presunto plagio de una manifestación artesanal y cultural, solo alcanzó a lavarse las manos haciendo un llamado a la concordia, sin fijar una postura oficial sobre este tema que empieza a crear polémica sobre si es ético o no por parte de la empresaria apoderarse de los derechos de Nxutsi, cuando es una creación de artesanas del Valle del Mezquital.
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Y las críticas que recibe, no se pueden catalogar como violencia en su contra, porque su origen son acciones y declaraciones por ella realizadas como funcionaria pública, cuando dice no estar a favor de ninguna de las dos partes, porque en casos así la imparcialidad no es lo más justo, cuando la bandera política del gobierno es primero el pueblo, pero se puede entender por su inexperiencia.