Desde su residencia en Mar-a-Lago, Florida, el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, anunció su intención de renombrar el Golfo de México como “Golfo de América”, argumentando que su país realiza la mayor parte del trabajo en la región.
“Nosotros hacemos la mayor parte del trabajo, así que cambiaremos el nombre de Golfo de México al Golfo de América. Es un nombre hermoso y muy apropiado”, expresó Trump durante su primera conferencia tras la certificación de su victoria en las elecciones presidenciales.
El mandatario electo también adelantó que su gobierno impulsará nuevos proyectos de explotación petrolera en el área, aunque no brindó detalles específicos sobre los planes ni los impactos ambientales o económicos que podrían tener estas iniciativas.
Un cambio simbólico respaldado por el Congreso
El anuncio del cambio de nombre generó inmediata reacción en el ámbito político estadounidense. La congresista republicana Marjorie Taylor Greene aseguró que presentará un proyecto de ley para oficializar la nueva denominación del cuerpo de agua que separa a Estados Unidos, México y Cuba.
“Es momento de hacer ajustes que reflejen el esfuerzo y la influencia de Estados Unidos en la región”, señaló Greene en redes sociales.
El Golfo de México, cuya denominación actual data de la época colonial, es una cuenca oceánica clave para el comercio, la pesca y la industria petrolera. En sus aguas convergen intereses estratégicos y económicos de las naciones ribereñas, lo que podría complicar la viabilidad de la propuesta de Trump.
Contexto histórico y tensiones con México
El anuncio se da en medio de una conferencia donde Trump reiteró sus críticas a México, señalando que el país “está esencialmente dirigido por los cárteles”. También insistió en que México debe detener la migración ilegal hacia Estados Unidos o enfrentará aranceles “sustanciales”.
Este tipo de declaraciones han sido constantes en la narrativa de Trump hacia su vecino del sur, destacando su visión de la relación bilateral como un desequilibrio que su administración buscará corregir.
Por su parte, las autoridades mexicanas aún no han emitido una respuesta oficial respecto a los comentarios del presidente electo ni a la propuesta de renombrar el Golfo.
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