Una semana después de las elecciones intermedias, el Partido Republicano está por conquistar la cámara baja del Congreso, lo cual le otorgará el poder para bloquear la agenda legislativa del presidente Joe Biden, mientras que el Partido Demócrata mantuvo su mayoría en el Senado, todo lo cual promete un estancamiento político en Washington, y mientras tanto, el ex presidente Donald Trump anunció su intención de retornar a la Casa Blanca en el 2024.
Con la nueva configuración de poder, los demócratas, que antes gozaban del control de ambas cámaras del poder legislativo y la Casa Blanca, ahora tendrán que negociar con sus contrincantes para lograr promover proyectos de ley y aprobar presupuestos federales, mientras que los republicanos buscarán hacer todo para que Biden fracase durante sus últimos dos años en este periodo. También se espera que inicien investigaciones políticamente motivadas del presidente, su familia y su partido en venganza por las inquisiciones legislativas y criminales contra Trump y sus cómplices desde 2020.
La mejor esperanza para los demócratas en este contexto es una posible guerra civil dentro del Partido Republicano, algo que ya se empieza a expresar. Trump, buscando consolidar el control sobre su partido a pesar de que sus candidatos sufrieron graves derrotas en las elecciones intermedias, anunció este martes desde su club privado Mar-a-Lago en Florida que buscará retornar a la presidencia en las elecciones de 2024 – las cuales empezaron ya.
Sin embargo, aun antes de su anuncio formal en Florida, algunas de las fuerzas más poderosas dentro del movimiento conservador ya estaban intentando debilitar el control de Trump sobre su partido.
“El GOP [Partido Republicano] y el país quedarían mejor servidos si el Sr. Trump cediera el campo a la próxima generación de líderes republicanos para competir por la nominación en 2024”, opinó el Wall Street Journal en una editorial publicada este martes -el rotativo es parte del imperio del poderoso magnate de medios Rupert Murdoch, también dueño de Fox News, quien es clave en la dinámica política de la derecha estadunidense.
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Por su parte, la influyente organización conservadora Club for Growth difundió una encuesta demostrando que el gobernador de Florida, Ron DeSantis gozaría de mayor apoyo que el ex presidente en varios estados claves en el mapa electoral. DeSantis está ya alineando apoyo de legisladores y donantes republicanos mientras que sus asesores han filtrado versiones sobre divisiones dentro de la familia Trump en torno a su plan para buscar la presidencia otra vez mas.
Pero aún si parte de la cúpula republicana desea proceder a una etapa pos-Trump, el ex presidente mantiene amplio apoyo entre las bases del partido, con un sondeo de Politico confirmando que 47 por ciento de los republicanos y simpatizantes del partido respaldarían al magnate, mientras que 33 por ciento apoyarían a DeSantis. “Sigue siendo el partido de Trump y se lanzara si así lo quiere”, concluye Politico.
Por ahora la negociación política más importante en la cúpula del Partido Republicano es sobre quién será el líder de la nueva, y muy escueta, mayoría republicana en la cámara baja, con el diputado Kevin McCarthy ganando el apoyo de sus colegas este martes, aunque necesitará una bancada unida para obtener los 218 votos requeridos para lograr ser presidente de la cámara baja en enero. Por lo tanto, será obligado a negociar con el ala ultra conservadora de su partido a la cual tendrá que ofrecer entre otras cosas algunos puestos de liderazgo en comités claves y programar votos sobre temas tan sagrados para la derecha como anular o limitar el derecho al aborto, defender lo que llaman “derechos a las armas” y medidas anti-migrantes.
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Los beneficiarios de estas batallas internas entre republicanos podrían ser los demócratas, quienes aún están asombrados de que les fue tanto mejor de lo pronosticado y de los promedios históricos en las elecciones intermedias, con el resultado de que defendieron su control del Senado y que la cámara baja fue ganada por un margen muy cerrado, lo cual deja debilitada a la cúpula republicana.
Aunque los demócratas podrían tomar ventaja de las divisiones de sus contrincantes en Washington incluyendo obtener algunas concesiones para promover proyectos de ley, otra batalla política ocurre fuera de la capital.
Un reportero de La Jornada atravesando el país el mes pasado justo antes de las elecciones de noviembre vio muchísimos anuncios más en apoyo de Trump que de sus rivales dentro del Partido Republicano -y Trump no estaba en alguna boleta en esta eleccion.
A la vez, progresistas dentro de Partido Demócrata -algunos de los cuales fueron claves en derrotar, por ahora, el avance de las fuerzas ultraderechistas antidemocráticas en varios estados- también están expresando que tanto a nivel federal como estatal, sus candidatos registraron triunfos importantes, y argumentan que eso es una indicación clave del futuro del partido en este país.
Por Jim Cason, especial, y David Brooks, corresponsal / La Jornada
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