La noche del 14 de marzo de 2020, el gobernador Omar Fayad Meneses realizó una visita sorpresas al Hospital General, encontrando varias irregularidades de ahí fue al Hospital Inflable y encontró más, entre ellas que las pruebas para detectar Covid-19 no estaban disponibles y un día antes al definirse la estrategia Escudo para enfrentar la pandemia hubo
desavenencias entre el secretario de Salud y el de Política Pública.
No hubo más tolerancia el domingo 15 de marzo el secretario de Gobierno Simón Vargas Aguilar, anunció la renuncia por motivos personales de Marco Antonio Escamilla Acosta y dijo que por acuerdo del gobernador el subsecretario Alejandro Efraín Benítez Herrera quedaba como encargado del despacho, horas después se anunciaría que el eterno aspirante a secretario Francisco Chong Barreiro, dejaba la dirección del Hospital General.
Benítez Herrera, que colaboró con Omar Fayad en la dirección de Aduanas y que llegó a sustituir en la Subsecretaría de Prestaciones y Servicios a Armando Baños Álvarez, se tropezó con esta responsabilidad que para su buena suerte, fueron funciones que directamente asumió el gobernador que ordenó ajustes, rotaciones y ceses, pero sobre todo la estrategia contra la pandemia.
A pesar del respaldo del gobernador Benítez Herrera cumple un año de traspiés, porque no consigue asumir plenamente sus funciones de secretario y las decisiones directas que le han correspondido se convirtieron en errores que los pusieron en el ojo del huracán ante la opinión pública que le valieron una cascada de críticas en redes sociales.
Como el haber despedido injustificadamente por una fiesta particular a la directora administrativa de la Subsecretaría de Prestación y al director del Hospital General por autorizar que vacunaran a Sonio Ocampo Chapa, pero no adoptó medidas similares por la vacunación de Karla Valdez hija del subsecretario de administración Ignacio Valdez Benítez, además de no investigar sobre posibles irregularidades en compras y adquisiciones.
Tampoco sobre excesos y abusos del equipo de su antecesor, como recursos sin justificar en la dirección de Patrimonio o la entrega de plazas al ex particular de Escamilla Acosta y a sus familiares, sin cumplir el perfil, en suma lo mejor que hoy le pasa a la Secretaría de Salud de Hidalgo (SSH) es la supervisión del secretario de la Política Pública, José Luis Romo Cruz, pero sobre todo que la toma importante de decisiones la hace el titular del Ejecutivo.
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