TRASMUTACIÓN

Garlito 

Manifestación de una cultura viva, es cuando se reinventa a sí misma, cada que se celebra, contiene ingredientes nuevos, diversifica la cosmogonía y delicadamente va trastocando su esencia, convirtiéndola en la misma pero distinta; el festejo de Día de Muertos es contundentemente, la fiesta única, la más importante y representativa del Alma del mexicano, oscura y misteriosa como la celebración misma, año con año asistimos a un encuentro diferente con la misma fiesta. 

Huesos 

Todos Santos y Fieles Difuntos, la fiesta conocida como Día de Muertos, junto con la celebración del Grito de Independencia, son las más importantes dentro del calendario de fechas trascendentales, sacrilegio no conmemorarlas y todos los mexicanos, nos encontramos en esas fiestas, cada uno a la medida de su celebración pero todos involucrados en la vorágine de la nueva manera de celebrarnos como pueblo; 12 de diciembre la Virgen de Guadalupe, al ser una conmemoración religiosa y laicos nuestros gobiernos, representan la reconciliación, reencuentro de lo indígena y español por lo tanto, México, ya que los dos primeros Día de Muertos y la Independencia, son manifestaciones de lo más profundo de nuestra psique mexicana.

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Desbordados los mexicanos celebramos Día de Muertos, que con ingredientes que ya están trastocando de manera importante, la esencia y representación de nuestra cultura, ante tanta diversidad étnica, religiosa y humana, la muerte es algo que atañe a todos y los elementos autóctonos se van diluyendo en una inminente transformación debido a la misma gran cantidad de maneras de celebrar, festejar y tener una relación íntima y personal con la fiesta y la Muerte; desfiles de calaveras, pasarelas de catrinas, un poco caricaturizada, disfraces de esqueletos y otros que venidos del “jalowin”, niños mendicantes de dulces, brujas, fantasmas y espantapájaros, ya forman parte de la familia y llevar la fiesta a plazas con música y baile carnavalesco, trastocan la fiesta misma pero la convierten en otra, cumple el mismo objetivo de siempre, nutrirnos cíclicamente los unos a los otros, sentirnos mexicanos y que somos iguales, aunque sea unos pocos días al año. 

Voraz 

La comercialización es otro ingrediente que transforma la celebración y costumbres, esa misma comercialización provoca que de unos años para acá, los altares y las ofrendas, se instalen en pueblos, comunidades y ciudades, tan alejadas a la cosmogonía indígena como Pachuca, esta costumbre hoy día, es una manifestación en todos lados, en las diferentes clases sociales y niveles culturales y de conciencia, al tener todos deudos y ser mexicanos, todos colocamos algo en honor a los idos; la compra y venta de los elementos que se colocan en la ofrenda, es ya una actividad común entre indígenas y no, el mexicano coloca su altar, porque tenemos la seguridad de esa conexión vivos muertos, creencia prehispánica que triunfa sobre la europea, cultura de resistencia primigenia, hoy reconocida en todo el mundo, el capitalismo la amenaza de muerte, tenemos que defender esta como nuestra fiesta antes que los chinos hagan una mala copia. 

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Esta amenaza silenciosa, destructiva y perversa, el capitalismo, nos muestra su voracidad pues aún no concluyen los festejos de muertos y todo se transmuta por obra de arte y de un día para otro, con ustedes la Navidad, pretexto para caer en el garlito, de compre hoy pague mañana y su campaña mercantilista de ofertas dudosas en tiendas departamentales o casi todos los comercios, durante un fin de semana, el angustiado aguinaldo es perseguido por perros de presa, pero esa caza es otra historia.