La comunicación entre el jefe político del estado Omar Fayad Meneses y el gobernador electo Julio Menchaca, no está rota, se mantuvo incluso, en las primeras etapas del pasado proceso electoral, fue reconocida por ambos, pero de ahí a la existencia de una transición pactada es mucha diferencia; los dos tienen claro cómo quieren pasar a la historia y en su escenario no hay espacios para negociaciones o acuerdos debajo de la mesa.
El actual mandatario ha sido claro, nunca obstruiría el proceso democrático, ni tampoco jugaría un papel de sumisión frente a la fuerza política dominante en el país, además reafirmó el cuidado de cada proceso y hay quienes afirman al interior de su gobierno, que dio la autonomía suficiente a cada secretaría para responsabilizarlos de sus decisiones y con ello tratar de evitar los señalamientos de corrupción, que el mismo acusó y denunció penalmente apenas asumió su administración.
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Busca encontrarse en la historia contemporánea del estado como el primer estadista, que no obstaculizó a la oposición y sacó las manos de los procesos electorales, al grado dicen sus cercanos, de tener el primer congreso estatal de oposición y transitar con ello las dos terceras partes de su administración.
Estos y algunos elementos más, le han dado la fortaleza de terminar como uno de los gobernadores mejor calificado en la recta final de su administración, ingrediente suficiente para evitar cualquier negociación o protección para algunos de los integrantes de su gabinete o personajes cercanos a su gobierno.
Hay quienes lo han escuchado señalar en público y privado, que si algún funcionario cometió una irregularidad asumirá las consecuencias y no meterá las manos por nadie.
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En contraparte, el gobernador electo Julio Menchaca, tiene una radiografía clara de cada una de las áreas del gobierno estatal donde se habrían cometido excesos que pudieran terminar en carpetas de investigación, que no dudará en señalar, nada afirman sus operadores cercanos, quedará sin ser expuesto.
Es tal la certeza y elementos que se tienen, que incluso al menos 7 secretarios y secretarías ya enviaron los expedientes de los casos “importantes” para ser revisados por el senador con licencia, es algo así como una entrega-recepción alterna que busca dar la precisión de lo que se elaboró en casi 6 años.
Sobre el escritorio está el expediente completo de la renta de patrullas y equipamiento de la policía estatal, por ejemplo, o el caso de adquisiciones, convenios, contratos y licitaciones de la obra pública.
De mi tintero. El tema del Centro de Transferencia en Atitalaquia comienza a politizarse e involucra a varios actores en la región de Tula que buscan sacar provecho de lo ocurrido, lo mismo morenistas que priistas… Un personaje que busca resurgir a propósito de la elección de la dirigencia magisterial es Moisés Jiménez quien por cierto presume su relación con el gobernador electo Julio Menchaca…