Tendencias para la educación universitaria post pandemia

La pandemia por Covid19 define un antes y un después. Mucho se habla acerca de reinventar la educación posterior a la pandemia, donde sin duda, quedaron pendientes a la vez que se revelaron nichos de oportunidad, la emergencia sanitaria revolucionó el quehacer de las instituciones educativas y su reconfiguración es inminente.  

En el terreno de la educación superior, ocurre que los actuales universitarios de manera natural poseen un ágil manejo tecnológico que explotan para casi todas sus actividades, lo mismo en redes sociales que en el aula muestran una destreza importante, son parte de una sociedad impactada por el desarrollo tecnológico y la interconectividad global.  

Hace poco más de dos años y medio cuando comenzó el confinamiento, la tecnología era un apoyo educativo, pero se convirtió en la mano derecha para el aula, incluso, ahora que la presencialidad regresó, continúa su uso como una gran alternativa.

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Ciertamente la pandemia no está remitida, son tiempos distintos y en tanto se formaliza una mutación en modelos educativos y políticas públicas para responder a esta nueva dinámica de cambio, las tendencias sugieren la intensificación en el uso de tecnología, más aún, sobre tecnologías emergentes o tecnologías disruptivas. 

De igual manera se visualiza la adopción de modelos híbridos, es decir, que puedan desarrollarse de manera presencial o virtual, esta posibilidad requiere de una estrategia pedagógica y didáctica que bien lograda provocará dinamismo y autogestión en el estudiantado. 

En otro rubro, se habla de integrar para los universitarios programas de movilidad virtual, que inicialmente fueron la única alternativa posible en el confinamiento, y que ahora se puede impulsar como una nueva forma de generar experiencias de internacionalización.

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Se suman a una lista de buenas oportunidades el microaprendizaje, el aula colaborativa, el fortalecimiento de competencias, la capacitación docente y otras más que reducen fronteras y distancias, desde luego, depende de la infraestructura y los fines de cada centro educativo su integración. 

Este tema es ampliamente reflexionado, la UNESCO, en el documento La educación en un mundo tras la Covid: nueve ideas para la acción pública, señala por ejemplo, la necesidad de fomentar la solidaridad mundial que tenga como base la empatía y el reconocimiento de nuestra humanidad común; hace especial mención a los docentes, que aportaron respuestas muy innovadoras durante la crisis y que se deben fomentar condiciones que den a los educadores de primera línea autonomía y flexibilidad para actuar conjuntamente. 

A lo largo de la historia, las sociedades han reconvertido una crisis en oportunidad para reinventarse, y hasta nosotros mismos, después de un trance, éste sirve como un impulso para transformarnos, los ecosistemas de educación superior tan apaleados por la pandemia, en concreto deben centrar la mira en aglutinar respuestas para enfrentar con laureles al turbulento mundo que vivimos.