Garlito
En la antigua Grecia, el teatro era tan fundamental como hoy las redes sociales; difícil era entenderse por aquellos años sin la referencia de algún maestro del histrionismo o una de sus obras, ya que, por aquel entonces, obra teatral o actuación de algún actor que no gustara, recibían verduras podridas que eran arrojadas al escenario y si la obra era muy mala, el director podría ser encarcelado o sufría la pena capital; desde entonces el teatro por antonomasia, es la respuesta estética, al mal humano.
Corral
Habíamos comentado que Hidalgo era un estado de poetas y no muchos narradores, pero tiene otra actividad arraigada y de excelentes recuerdos, de combativas luchas por hacer del escenario instrumento de denuncia y protesta y de la actuación un liderazgo, se les otorgaba en la antigua Pachuca, cuando el dosmáscuatro, el maestro Manríquez y Tere Arciniega, Darío Pantaleón y su gran banda, o la compañía de Fernando Pérez: El árbol de los libres, y nuestro amigo Daniel Pérez Romero; desde entonces el teatro era algo más que actuación, era un compromiso con alguna causa o denunciando, lo que hoy se repite; personajes de comunidades minoritarias, todos confluíamos en la exposición u obra de teatro. Emanuel Márquez, otro quien desinhibió al público pachuqueño; el teatro de la capital del estado, siempre ligado a la verdadera existencia y cotidianidad del artista ¿Será acaso que el teatro es el arte que permite mayor contacto con el mundo exterior? Y por ello ¿Su función social es más comprometida que otras?
De la Cabra
Hoy encuentro que hay una buena actividad teatral en el estado, buscan nuevas formas de contacto; es el arte escénico quien no quita el dedo del renglón y sigue acusando y denunciando la triste realidad de nuestra sociedad; si fuimos estremecidos cuando los temas de Víctor Hugo Rascón Banda, dramaturgo mexicano fuera de serie, hoy encontramos temas más profundos, complejos y extremos. El nuevo teatro en Hidalgo, continúa quizá sin saberlo, una tradición escénica y con presencia cultural desde hace más de 30 años; el proyecto Hidalteatro, con obras como Lomas Poleo, Has visto a mi hija y Von Kossel, entre otras, son indicios de que la obra continúa y eso nos llena de regocijo, consumamos teatro hidalguense y fomentemos su escritura.
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