Recién aparece Javelin, el nuevo álbum del músico, nacido en Detroit, Sufjan Stevens, y su llegada viene acompañada de la noticia de que el compositor apenas superó una enfermedad neurológica, pero la tragedia no se quedó ahí; ahora da a conocer que se lo dedica a su novio que falleció apenas en abril
Sufjan le escribió una carta que hizo publica y en la que anota a propósito de Evans Richardson IV: “Era una auténtica joya de persona, llena de vida, amor, risas, curiosidad, integridad y alegría. Era uno de esos seres raros y hermosos que solo se encuentran una vez en la vida: precioso, impecable y absolutamente excepcional en todos los sentidos”.
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Stevens es un artista que nos hace pensar en esa yuxtaposición entre la vida y el arte… en un traslape que supone total honestidad y entrega… y estás 10 canciones son una prueba de ello… hermosas y profundas a la vez. No me queda sino citar una declaración de Kazu Makino, vocalista de Blonde Redhead, para Mondo Sonoro: “a artistas como él los amas porque realmente puedes escuchar su sufrimiento, su agonía, su dolor” -una verdad indiscutible-.
Todo ello queda patente desde el inicio con la preciosa “Goodby Evergreen”, que muestra tanto el amor por la canción folk como por la electrónica y los arreglos orquestales y los coros; muy pocos artistas pueden lograr lo que Sufjan, que una música tan barroca suene fascinante y precisa… aún con tantos elementos cada cosa parece estar en el lugar preciso.
Se trata de un disco enraizado en sentimientos absolutamente reales y es por ello que resulta tan conmovedor a través de canciones como “Will Anybody Ever Love Me”, que se suma a las mejores de su trayectoria -con “Chicago” en lo más alto-.
Y luego viene “Everything Rises”, que es casi un susurro en su comienzo para luego ir sumando instrumentación y tendiendo a la electrónica… primero hay remanso y luego la cosa se va poniendo intensa gradualmente… así pasa en la vida misma, que, aun cuando implica muerte y pérdida, se busca la manera de seguir adelante.
Todo cambia al escuchar Javelin cuando se sabe que es una obra dedicada al hueco que deja el ser más querido, alguien de quien anota: “Era una auténtica joya de persona, llena de vida, amor, risas, curiosidad, integridad y alegría. Era uno de esos seres raros y hermosos que solo se encuentran una vez en la vida: precioso, impecable y absolutamente excepcional en todos los sentidos”.
Es impresionante como este exquisito pop electrónico se eleva tanto como en “Genuflecting Ghost” y hace lucir a los coros femeninos; mientras que la experiencia prosigue con “My Little Red Fox”, que juguetea musicalmente con un vals al tiempo que suelta frases devastadoras: “Bésame con el fuego de los dioses/ Sólo di lo que quieres/ Dilo por dentro/ Sin esa tos nerviosa“.
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Algo que continúa con “So You Are Tired”, centrada en una relación fracturada: “Así que estás cansado de mí/ Descansa tu cabeza/ devolviendo todo lo que tuvimos en nuestra vida mientras yo vuelvo a la muerte”.
Por si fuera poco, Sufjan Stevens decide cerrar con un cover; elige, nada menos, que uno de los temas del inmenso Harvest de Neil Young; “There’s A World” nos arroja rumbo a una nueva búsqueda para encontrar algo en el mundo real que todavía nos espera.
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