SOBRE TEXTO GRATUITOS

Garlito

De insospechados reductos de la mente humana, aquellos rincones oscuros subterráneos prohibidos incluso para sus propias conciencias, avernos tormentosos que aún existen; en todo escrito, afirmación y declaración, está implícita la visión individualizada de quien la redacta y el viejo adagio: la historia la escriben los ganadores, se convierte realidad en tiempos de paz y abiertamente se declara revolucionario, tecnócrata, neoliberal o transformador, el Estado intentará educar con sus valores a las nuevas generaciones; los libros de texto gratuito, siempre estuvieron y estarán ideológicamente dirigidos para un objetivo, como lo fue por décadas.

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Llegar a la condena medieval de quemar libros satánicos por el hecho de tener ideas diferentes, es una actitud que enfada, demuestra la minimización mental de quien lo propone y la herramienta pedagógica, apoyo del guía educativo, el profesorado, pierden la posibilidad de avanzar en el conocimiento aplicado por cada alumno y no la repetición de fórmulas pasadas, quizá la contrariedad está en que dejan de ser los libros textos sagrados y se convierten en instrumentos cercanos a la realidad actual de cada individuo y su comunidad; la utopía mexicana se desvanece en un telón de fondo realista, la familia tradicional ya no es la única célula de la sociedad, sino las diferentes familias que hoy existen, por lo tanto la realidad de cada alumno es distinta, reconocer esos nuevos valores es un avance educativo.

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Hojeando los viejos libros de texto gratuito Mi libro de sexto año, Historias y Civismo, edición 1966, y cuyo presidente de la Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuito, era Martín Luis Guzmán, hallamos un país que no encontramos, libros pulcramente redactados, con diseños gráficos de la época bien logrados, una edición para quien ama los libros, digna de coleccionar, además de su interés histórico y cultural; en ellos nos proponen un país, ordenado, nacionalista y revolucionario, sin dejar a un lado ideas del exterior y la necesidad de ser una nación amiga del mundo; Hidalgo, Juárez, Morelos, Madero y Carranza, son los héroes a destacar y señalan que la democracia es una vía de los pueblos modernos y la industrialización una necesidad económica; eran tiempos de la institucionalización de la Revolución, el presidente de la República era Díaz Ordaz; las voces socialistas, revolucionarias y progresistas, eran calladas reprimidas, no existían.

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Era de destacar en aquellos libros viejos, ideológicamente plagados de amor, orden y progreso que difícilmente encontrábamos, los campesinos y obreros pacíficamente laborando sin protesta, los maestros construyendo patria a unos niños límpidos, peinados, ansiosos de conocimiento, en una comunidad perfecta en un final feliz o casi; estaban alejados de la realidad esas joyas bibliográficas, era una utopía bien diseñada y prometedora, quien la cumpliría serían esos escolares que abrevaban del conocimiento que el Estado requería tuvieran las infancias mexicanas; la ideología siempre estará presente, la diversidad de experiencias enriquecen más que planteamientos irreales y resultados infalibles, enseñar a pensar y aceptar las realidades y la diversidad humana, es mejor propuesta que ocultar la matanza del 68.

Es preferible tener libros con imprecisiones y errores editoriales que no tener libros, pero libro es aquel que no se lee y quien lo lee no entenderá el potencial que guarda cada ser humano, los libros de texto gratuito son instrumentos para intentar provocar la inteligencia y plantear situaciones que si se ocultan, van contra los valores de la pedagogía y el planteamiento de una realidad nacional que no debe ser ocultada; miles son los distractores a los que se debe combatir para que el alumnado se interese en esos libros que muchas veces sólo transportan de su casa al aula como tarea escolar.