Sobre Rosalía o de cómo todo no se puede

Estos últimos días ha surgido un buen debate sobre si, a pesar de las carencias que se tienen en la CDMX, que el gobierno gaste en traer a una de las artistas más famosas de esta época es una buena idea o no. Lo interesante, para mí, es que justo lo que está detrás de ese debate es el problema fundamental que la economía busca resolver: que los recursos son escasos y nuestras necesidades ilimitadas.

Empecemos por decir que el concierto de Rosalía no será gratis. Cualquier costo que el concierto tenga será pagado por alguien. Incluso si la artista no cobrara nada, habría otros gastos inherentes al concierto, como la renta de audio o la energía eléctrica utilizada que le será cobrada a alguien. Si el gobierno es el que paga, como es el caso, utilizará dinero público para cubrir el costo y como el gobierno no genera sus propios recursos, estará utilizando, a final de cuentas, tu dinero. Entonces lo primero que hay que entender es que cualquier cosa que el gobierno te dé, te lo tuvo que haber quitado antes o te lo quitará después.

Aquí es en donde surge un primer problema, como lo que el gobierno te da es pagado por todos, es muy difícil decidir en qué gastar porque, en teoría, ese dinero debería de gastarse en beneficio de todos.

Pensemos en los servicios públicos. Hay servicios que por su naturaleza es mejor que estos sean proveídos por el gobierno, no parece muy eficiente que cada casa pavimente su parte de la calle o no parece muy justo que unas personas puedan pagar por policía y otras no. Así que podríamos debatir si gastar dinero público en un concierto de Rosalía es benéfico para nuestra sociedad o no pero en lo que no habría mucho debate es en que es mejor tener una ciudad con buenas calles y con buena protección policial. En dónde pongas el dinero importa.

Imaginen que sorteamos el primer problema y logramos ponernos de acuerdo, a partir de ahí surge otro problema: que los recursos son escasos. No alcanza para todo, no alcanza para todos y menos en las cantidades en que a todos nos gustaría. Debemos de estar conscientes de que todo no se puede. Así que tenemos que escoger porque el dinero público que se gaste en una cosa no puede ser gastado en otra.

Podríamos debatir si gastar en un concierto de Rosalía es mejor que gastarlo en pavimentar calles pero lo que no podemos hacer es creer que podemos tener una cosa sin renunciar a otra y ahí es cuando el debate se vuelve relevante. Si quieres que el gobierno te dé algo, le vas a tener que dar más dinero, entonces, si tú quieres tener conciertos de Rosalía y tener tus calles bien pavimentadas, implícitamente lo que le estás diciendo al gobierno es que quieres que te cobre más impuestos. Dado que el gobierno tiene ciertos ingresos, si quieres más, tienes que poner más.

Así surge otro problema, ¿cuánto de tus ingresos estarías dispuesto darle al gobierno? La pregunta no es sencilla si tomamos en cuenta dos cosas: la primera es que ese dinero que le das al gobierno es producto de tu esfuerzo, la segunda es que hay una gran posibilidad de que ese dinero se gaste mal o incluso acabe en el bolsillo de un político. En lo personal yo prefería un gobierno con pocas tareas pero muy importantes, las cuales al ser pocas las pudiera hacer muy bien y que contara con los recursos económicos suficientes mientras yo me puedo quedar con la mayor parte posible del producto de mi trabajo.

Dentro de muy poco este será un debate intenso, los mexicanos necesitamos de forma urgente una reforma fiscal que le dé mayores recursos al gobierno porque con lo que ingresa hoy no alcanza para funcionar bien. Pero antes de poder hacer eso, necesitamos entender que los recursos son escasos y que tienen un costo de oportunidad y para eso ha ayudado esta vez Rosalía.