Sextorsión: chantaje y explotación

 “Cuando alguien sea cruel o actúe como un acosador, no te pongas a su nivel. Mientras más bajo caen ellos, más alto debemos estar nosotros.”

Michelle Obama 

No podemos poner en tela de juicio la importancia y lo significativo que ha sido para la sociedad la aparición de los smartphones, computadoras y por supuesto el internet, sin embargo, su surgimiento también ha implicado una ventana de acceso para criminales que valiéndose del anonimato usan la red para acechar a sus víctimas. 

Desafortunadamente, uno de los delitos que ha ido en aumento es la sextorsión; este tipo de crimen supone el chantaje por parte de un ciberdelincuente, para que la víctima realice alguna acción, entregue dinero o envíe más material sexualmente explícito bajo la amenaza de compartir o publicar imágenes intimas. 

De acuerdo al Buró Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés) la extorsión sexual puede comenzar en cualquier sitio, aplicación o juego donde la gente se conozca y se comunique. En algunos casos, el primer contacto del delincuente será una amenaza.  

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Lo más frecuente es que este delito comience cuando los jóvenes creen que se están comunicando con alguien de su edad que está interesado en una relación o con alguien que ofrece algo de valor. De forma general las personas que realizan este crimen utilizan amenazas, regalos, dinero, halagos, mentiras u otros métodos para conseguir que los niños y/o jóvenes produzcan las imágenes deseadas. 

Es necesario que, ante el crecimiento del delito, la comunicación entre padres e hijos se convierta en una pieza clave, sobre todo porque de acuerdo a datos de Kaspersky Lab compañía internacional dedicada a la seguridad informática los delincuentes pueden hackear las cuentas o utilizar gusanos para conseguir que sean las mismas víctimas las que les envíen material incriminatorio. 

Esta misma compañía menciona que pese a que los adolescentes no se caracterizan por una solvencia económica considerable son el segmento más atacado y vulnerable ya que en muchas de las ocasiones las víctimas se suelen avergonzar y terminan por hacer lo que se les exige debido al temor de ser juzgados, causa por la que no piden ayuda a su entorno.  

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Internet y las redes sociales sobre todo Facebook y Skype se han convertido en opciones cada vez más recurrentes para los cibercriminales, quienes hackean las cuentas o utilizar worms para conseguir que sean las propias víctimas las que les proporcionen material incriminatorio. 

El tema se ha convertido en una cuestión de relevancia para muchas instituciones de seguridad y ciberseguridad alrededor del mundo, incluso la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) emitió  una serie de recomendaciones para disminuir este crimen entre las que destacan: 1) Evitar chatear con extraños, 2) Utilizar contraseñas seguras, sobre todo con la doble autentificación, 3) Analizar constantemente la computadora y los dispositivos conectados a internet para eliminar malware y/o spyware que pueda controlar la webcam o la cámara. 

Con el paso de los años estos delitos están siendo más reconocidos y por ende abordados, si bien hemos avanzado en el tema como la serie de reformas legislativas conocidas como La Ley Olimpia, la cual tiene como propósito sancionar la violencia digital y tipificar el ciberacoso; aún nos queda mucho camino por avanzar. 

Es así que además de comunicación también uno de los pasos más importantes es denunciar y evitar así que continúe el chantaje cibernético. 

*Analista en temas de Seguridad, Justicia, Política y Educación.  

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