Será un inicio difícil 

Pasada la euforia del triunfo el próximo gobierno que tendrá el Estado de Hidalgo deberá aterrizar en la realidad sólo para darse cuenta de que el inicio se dará en un entorno económico bastante complicado. 

La inflación hoy es un problema, esto ha llevado a los bancos centrales a elevar sus tasas de interés de forma agresiva para mandar la señal de que van con todo contra la inflación. Si bien el problema es mundial, nuestros ojos están puestos en EE.UU., hace apenas unos días la FED subió las tasas de interés de una forma en que no lo hacía desde hace 28 años, ese mismo día proyectó menos crecimiento económico para EE.UU. para este año y para el siguiente. Según Bloomberg, en febrero la probabilidad de una recesión en EE.UU era prácticamente cero, hoy calculan un 70% de probabilidad de que haya una recesión para inicios de 2024. Estas son malas noticias para México, dada la integración económica que tenemos con nuestros vecinos, una recesión allá tiene un impacto negativo en la economía de acá. 

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Adentro también tenemos nuestros problemas, no nos hemos recuperado de la pandemia, nuestro PIB hoy es menor al que teníamos en el primer trimestre de 2020, no sólo eso, tenemos el peor desempeño económico de la OCDE, entre finales del 2018 y el primer trimestre del 2022 nuestra economía ha caído 2.7%. Las cosas en el corto plazo no se ven muy bien, la inversión sigue muy deprimida y no se ve cómo eso se vaya a arreglar pronto, sin inversión es imposible crecer a las tasas que el país necesita.  

Todo esto hará que el crecimiento económico de México se vea afectado y aquí es en donde inicia el problema para el gobierno estatal, no sólo va a tener que lidiar con un mal entorno económico y lo que eso genera, desempleo, pobreza, etcétera, también tendrá que lidiar con el problema de menores recursos. Una de las consecuencias de una baja en la actividad económica es que los ingresos de los gobiernos son menores, si la gente no tiene trabajo o las empresas producen menos no pueden pagar más impuestos, si las personas y empresas tienen menos ingresos no consumen de la misma forma y entonces no aumenta la recaudación. Además las decisiones del gobierno federal no ayudan, por ejemplo, tan solo en mayo Hacienda dejó sin los ingresos derivados del IEPS a 30 estados por la decisión de intervenir el precio a las gasolinas, no se ve tampoco que esto vaya a cambiar pronto.  

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Así que el gobierno de Julio Menchaca va a tener que ser muy inteligente a la hora de gastar, con menos va a tener que hacer al menos lo mismo. Por lo pronto, el primer año no es buen momento para frivolidades ni experimentos, algunas de sus propuestas de gobierno van a tener que esperar. Tampoco es buen momento para hacer grandes cambios en la administración, sobre todo en lo que a recursos humanos se refiere. Siempre hay oportunidad de mejorar las cosas pero ante un entorno complejo y nuevo no sería mala idea hacerle caso a esa primera regla de la programación que dice, “si algo funciona, no lo toques”. La entrada de un nuevo gobierno tiene costos, uno de esos costos es el derivado de la inexperiencia y el aprendizaje de los que entran, este es un costo importante que se puede minimizar si se aprovecha la experiencia que ya existe hoy. 

El próximo gobierno debe de definir sus prioridades, esas prioridades deben de ser pocas para poder enfocar bien los esfuerzos y los pocos recursos, desgraciadamente no se puede todo. Si en un entorno complicado el nuevo gobierno quiere ser nuestro genio de la lámpara y cumplir todos nuestros deseos, se va a llevar una sorpresa y los perjudicados vamos a ser todos.