La temporada electoral que aún no inicia, ya lleva varios meses en proceso y qué preocupación lo que se viene.
Una de las consignas que he escuchado en militantes de los partidos MORENA, PRI, PVEM y PAN es que ya es tiempo de que una mujer gobierne el país.
Aquí es cuando algunas feministas nos damos de topes, porque una de nuestras luchas políticas se utilizan para ponernos el pie. Es cierto que durante varias décadas el feminismo (mayoritariamente de mujeres cis, blancas, burguesas), luchó porque las mujeres estuvieran en espacios de toma de decisión y de representación política.
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Ahora, ya con cuotas de paridad y varios mecanismos que han permitido mayor representación nos damos cuenta que ser mujer no es sinónimo de estar de acuerdo con la agenda de derechos humanos o al menos de las mujeres.
Sabemos que Claudia Sheinbaum, Lily Téllez, Beatriz Paredes o Claudia Ruiz Massieu han manifestado interés en representar a sus partidos en las elecciones presidenciales.
Sheinbaum apuesta por la militarización, la criminalización de la protesta de derechos humanos, ha ignorado a las necesidades de la ciudad, y en su actual equipo de gobierno se encuentran varias personas que van en contra de los derechos humanos. Incluso dentro de sus seguidoras se encuentran feministas radicales que niegan derechos a las personas trans y no binaries.
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Lily Téllez es la representación de la ultraderecha con un discurso también militar y religioso que no reconoce la laicidad, que está en contra de todos los derechos humanos alcanzados y que buscará privilegiar al sector empresarial.
De Beatriz Paredes y Claudia Ruiz Massieu, representan aquello que tanto nos costó dejar, el viejo PRI con sus oligarquías, sus malos manejos y que en este momento no ha podido reorganizarse y se ve hecho pedazos.
Ninguna de ellas tiene un compromiso real con los derechos de las mujeres y los derechos humanos. Con todo esto en el contexto me parece horrible que los partidos estén usando una vez más consignas legítimas de los feminismos para seguir destruyendo nuestros derechos.
Es cierto que nuestro país un día debe de ser gobernado por una mujer pero yo creo que lo que nuestro país merece es una persona, sea cuál sea su género, que esté comprometida con la agenda de derechos humanos. Eso es lo que necesitamos para que el sector empresarial, el militarismo, la violencia y el movimiento de ultraderecha no siga avanzando.
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