Ser madre en México

Significa tener más de una jornada laboral. No tener un sistema nacional de cuidados, pero apechugar con otras mujeres de la familia, las amigas o el trabajo o las vecinas para cuidarse unas a otras.

También significa cargar con un montón de críticas: por la crianza, por como vistes, por las decisiones que tomaste.

Si eres madre soltera no solo están las miradas, sino la violencia económica e institucional que con lleva.

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Hay madres adolescentes, algunas no querían serlo en ese momento, otras sí y ahora viven en una sociedad y estado que las castiga.

Están las niñas que no deberían ser madres, que probablemente aun conviven con sus agresores.

Hay madres que están abortando en sus hogares, a escondidas de sus parejas y sus hijes.

Hay madres que están apostando a nuevos modelos de crianza con la esperanza de crear una mejor sociedad para el futuro.

Hay madres indígenas que buscan brindar herramientas a sus hijes contra la discriminación.

Están las madres lesbianas y bisexuales que no pueden registrar a sus hijes con sus apellidos. Y también están las madres lesbianas, como Julissa, a la que el estado le quita a sus hijes porque no luce ni es quien el estado considera una mamá.

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Hay madres trans que el estado se niega a reconocer.

Hay mamás que viven en la calle, que tienen hijes que después serán arrebatados por las autoridades porque consideran que ellas no tienen derecho a ser madres.

Las madres de corazón que adoptaron a hijes o criaron a alguien como tal y que están invisibilizadas porque no comparten un vínculo sanguíneo.

Hay madres que están cuidando a sus hijes enfermos o con alguna discapacidad, abrieron brechas que no imaginábamos.

Están las madres en prisión, algunas tienen a sus hijes los primeros años de sus vidas y luego se van. Otras desde que les privaron de su libertad injustamente no han vuelto a ver a sus hijes y otras pocas aún siguen recibiendo visitas sin saber cuándo volverán a estar afuera.

Hay otras madres que están en su vejez, algunas bajo los cuidados de sus familias y otras tratando de sobrevivir.

Están las madres que vivieron violencia obstétrica y afrontan las consecuencias de esta. Pero también hay otras que murieron en el parto o el puerperio y que no pudieron conocer a sus hijes.

También están las que murieron ya sea por una enfermedad, por falta de recursos o la vejez. Pero hay otras madres que fueron víctimas de feminicidio por sus parejas, sus hijes o alguien que era cercano a ellas; que aún no reciben justicia.

Están las madres que desaparecieron y a las que sus familias salen a buscar todos los días.

Y también están las madres que están buscando en terrenos interminables del país algún hueso, algún trozo de ropa que les indiquen donde están sus hijes que el estado no pudo proteger.