Seguridad nacional y violencia de género

El pasado 1 de noviembre, nuestro país fue testigo de un hecho atroz, miserable y cobarde con el asesinato a mi excompañero diputado federal y presidente municipal de Uruapan, Michoacán, Carlos Manzo, quien fue atacado en su tierra de manera pública, durante las festividades de día de muertos. Este hecho naturalmente nos causa un gran dolor, por la pérdida de un buen ser humano y por otro lado, ante el factor de violencia grave que persiste en regiones del país como la franja de Michoacán, Jalisco y Sinaloa. No es un hecho aislado y por eso, desde el sexenio pasado, el expresidente Andrés Manuel López Obrador, impulsó una nueva política integral y transversal de seguridad nacional, que empezó con la creación de la Guardia Nacional, siguió con la creación de las mesas de trabajo para la construcción de la paz y los grupos de inteligencia operativa en cada entidad, en los que se reunen todas las autoridades federales y estatales, encargadas de seguridad, gobernación y procuración de justicia. Ahora, nuestra Presidenta, la Dra. Claudia Sheinbaum, está impulsando la Estrategia Nacional de Seguridad, que coordina el Secretario García Harfuch, y que contiene nuevos esquemas para consolidar un Sistema Nacional de Inteligencia, a partir de las reformas constitucionales y legales que aprobamos hace unos meses, que permitarán generar operaciones estratégicas con acciones de precisión. Esta perspectiva de política pública de seguridad es parte de la cuarta transformación, porque siempre hemos tenido la convicción de que la violencia no se ataca con más violencia. Construir la paz involucra diversas políticas públicas, es un trabajo estructurado con todos los rubros: educación, salud, bienestar, economía, desarrollo sostenible, es decir, atacar las causas. Por ello, en el Senado respaldamos la Estrategia Nacional y estoy convencida que el cumplimiento de sus objetivos estratégicos dará lugar a diferentes avances para disminuir los índices de violencia.

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También, tuvimos un acontecimiento que causa enorme indignación y es reflejo de la exposición que vivimos las mujeres. Nuestra presidenta, que siempre está cerca del pueblo, fue víctima de un hecho de acoso sexual y es ella, quien nos pone el ejemplo al presentar su denuncia, como lo debemos hacer todas, cuando enfrentamos una situación de esta naturaleza o cuando tenemos posibilidad de apoyar a otra mujer que padece una situación similar; a este principio le llamamos SORORIDAD. Lamentable que algunos medios promuevan la revictimización, en lugar de invitar a denunciar y exigir que estas conductas se sancionen y lo más ruin, es que algunos piensen que es “montaje”… ¡NO! Estos hechos los hemos vivido a diario e históricamente las mujeres. Necesitamos acabar con la violencia y promover la paz en México e Hidalgo, y por ello, mi total apoyo para que se tipifique en el Código Penal del Estado, como se promoverá próximamente en el Congreso, el delito de acoso sexual.

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