Carlos Camacho Balcón Político

Se Tambalea el Programa de Revocación de Mandato

Aunque el gobernador, Julio Menchaca Salazar, ha mostrado voluntad absoluta de someterse al escrutinio ciudadano que decida si continua lo que le resta de su gestión (tres años) o se va a su casa, la recolección de firmas ha resultado complicado y al corte del 7 de octubre, apenas se han juntado 598 de las cuales el Instituto Estatal Electoral de Hidalgo (IEEH), avaló 571.

De lograrse la hazaña de juntar tantas firmas, equivalentes al 10 por ciento del padrón electoral, en diciembre de este año, el IEEH se encargará de organizar el Programa de Revocación de Mandato 25-25 y llamar a la ciudadanía a las urnas el 26 de abril, para decidir con su voto si continúa Menchaca Salazar como gobernador o se va a su casa.

A los promoventes iniciales, Tonatiuh Herrera Gutiérrez y Pablo Apodaca Sinsel, se han sumado otras cuatro personas, dos de ellas ligadas a la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH), Shareny Muñoz Palacios y Sbeydi Lucero Vázquez Flores, esta última ex candidata del PT a diputada local por el distrito de Tepeji del Río.

Además del abogado actopense Martín Camargo Hernández y Crispina Barrón Rodríguez. El primero, históricamente ligado al Partido de la Revolución Democrática (PRD).

Para facilitar la labor de los promoventes y reducir las trabas impuestas por el IEEH para la recolección de firmas, ha tenido que intervenir el Tribunal Electoral del Estado de Hidalgo (TEEH), en el entendido de que con sus decisiones buscan impulsar que la revocación de mandato se concrete y no quede en un frustrado intento ciudadano.

Por lo que se observa, al gobernador no le inquiete la posibilidad de que, en caso de concretarse, para que la revocación sea vinculante, se requiere una participación mínima del 40 por ciento del padrón electoral y que el voto “no continúe” logre la mayoría absoluta.

Además, de cubrirse el requisito de las firmas y que el IEEH organice el proceso, Morena moverá a sus simpatizantes para llevarlos a las urnas y convertir la revocación en ratificación, lo que, de ocurrir, aumentaría la aceptación a la gestión del primer gobernante surgido del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), que pretende extender su hegemonía más allá del 2030.

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