Esta columna reiteradamente (como la buena insistencialista que somos las feministas) ha hablado de la obligación que tienen los municipios para prevenir y atender la violencia contra las mujeres, por eso me da mucho gusto escribir esta columna hoy para contarles los avances que se tienen en el municipio de Pachuca.
Esta ruta se pensó a partir del acompañamiento que realizó la Dra. Carmen Rincón del caso de Mónica Licona y de cómo era enviada de un lugar a otro sin que le resolvieran las diversas situaciones por lal violencia, por ello es que se empezó a imaginar junto con la Ingeniera Otilia Rincón una única ruta de atención a mujeres en situación de violencia, a través de la organización Conversatorio de las Mujeres de Hidalgo empezaron a realizar mesas de trabajo con la entonces titular del Instituto Hidalguense de las Mujeres la Mtra. Concepción Hernández como podía quedar establecida esta ruta que precisamente hace dos años quedó establecida en el artículo 39 de la Ley de Acceso a una Vida Libre de Violencia del estado de Hidalgo y que ahora se aterriza como política pública con la participación de todas las instituciones que integran el municipio de Pachuca para articular los servicios que permitan garantizar la atención interdisciplinaria para las mujeres, niñas y adolescentes en situaciones de violencia, desde el pasado agosto se han comenzado a realizar los planes de acción y flujogramas de cada institución para operar la ruta que va a tener una cédula única que emitirá una alerta a la Secretaría de las Mujeres para el seguimiento necesario de cada institución que tenga que intervenir dependiendo del grado de riesgo, si es atención inmediata o preventiva y a partir de ello se realiza un plan de acción para la atención correspondiente de las instituciones involucradas y ofertar otros servicios del municipio como bolsa de empleo, servicios médicos, etc., y externos como seguimiento legal del caso para procurar atención integral.
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A diferencia de lo que se piensa esta ruta no requirió un presupuesto extra, sino la voluntad política del presidente municipal Sergio Baños, que puso a disposición todos los recursos humanos y administrativos para concretarla, donde estuvieron involucradas no solo las dependencias sociales sino quienes realizan un trabajo de investigación y el desarrollo de nuevas tecnologías para desarrollar el micrositio y la cédula única que registrara los casos y que permitirá realizar políticas públicas focalizadas y por supuesto con el liderazgo de la Secretaría de las Mujeres de Pachuca Adriana Flores quienes ha materializado las propuestas en el Sistema de Igualdad.
Me pareció un gran acierto que la presentación de la ruta la haya realizado Karen Serrano quien se hace cargo de la Dirección de empoderamiento de la Secretaría de las Mujeres, del Director del Instituto Municipal Investigación y Planeación Municipal Edgar Cruz Vera quien fundamento perfectamente el trabajo realizado sin caer en banalidades que caen otros políticos mencionado esposas e hijas sino la ley ni más ni menos; y de la Coordinadora municipal de las Tecnologías de la Información María Elena Rosales porque es necesario visibilizar no solo los cargos políticos, sino a quienes realizan todo el trabajo de “arrastrar el lápiz” para ver que los programas se concreten, porque no todo son selfies o videos para promocionarse personalmente sin dar reconocimiento a todas las personas que integran las instituciones y que realmente se hagan acciones concretas no solo conferencias, prender luces, portar moños, poner mensajes en redes, se necesita accionar.
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Mi pecho no es bodega. Aprovecho para felicitar a la querida Aída Suárez que celebró este pasado 25 de noviembre, XV años de su medio de comunicación Alas que realizó un bonito y emotivo festejo donde además dio un reconocimiento a la Dra. Carmen Rincón por su activismo que mencionó que fue justamente Aída quien de manera gratuita le consiguió (sin conocerla) un desplegado en el Sol de Hidalgo para apoyar su caso de violencia obstétrica hace más de 25 años. GRACIAS por tanto Aída y Carmen, la sororidad no es amor, sino pactos políticos para el avance de nuestros derechos, pero cuando se juntan las risas, los abrazos y las fiestas, no me queda duda de lo que eso implica para transformar la vida de las mujeres.