La querella política de la familia priista de Hidalgo agudizada por la lucha de las consejerías nacionales se amplió a otros actores que son activos del Partido Revolucionario Institucional (PRI) que cada quien a su estilo refutan la forma en que se le ha involucrado en la confrontación entre Carolina Viggiano Austria y Omar Fayad Meneses.
Sin estridencias, Jorge Márquez Alvarado, presidente municipal de Tulancingo de Bravo, mostró su extrañamiento al ser mencionado en este conflicto porque aclara, no es consejero político nacional, pero su decisión es permanecer en el PRI y hacer lo que esté a su alcance para su recuperación en los próximos procesos electorales “ese pleito no es mío” pero está dispuesto a intermediar.
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Quien fue enérgico es Benjamín Rico Moreno y dice no estar dispuesto a que le digan que entra por puertas traseras y menos que le califiquen de traidor y hace valer su actitud institucional la que se puso a prueba cuando le arrebataron la candidatura a presidente municipal de Pachuca, aceptó la suplencia e hizo su parte para recuperar el ayuntamiento capitalino.
Todo a raíz de las declaraciones del exgobernador Omar Fayad Meneses luego de que la dirigencia nacional priista desconoció los procesos para consejeros nacionales que favorecieron a cuadros cercanos y leales al exmandatario que originó se interpusiera un recurso ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) por violación a los derechos políticos de los afectados.
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Así se transita en el ex hegemónico instituto político donde la AntroPRIfagia genera mordidas, tarascadas y hasta pellizcos entre los personajes que forman parte de la cúpula tricolor, que requiere de toda la habilidad conciliadora del dirigente estatal para conseguir equilibrios como ya se lo pidió Rico Moreno, para lograr acuerdos entre presidentes de comité municipales y definir el rumbo.