DANIEL-FRAGOSO-EL SURTIDOR

Revolución y pensamiento

Felipe Cuevas Méndez escribió: “Hace doscientos años que nació Carlos Marx un 5 de mayo de 1818. Verdad irrefutable es que desde su juventud en las luchas del pueblo alemán echó las bases del pensamiento revolucionario en la crítica al capitalismo.

Desde entonces en la carga histórica han corrido procesos por todo el mundo en medio de los cuales están presentes sus ideas, aún en los días más oscuros de la humanidad y los momentos más inexorables de la dominación burguesa. Por otra parte, nuestras actuales generaciones, tan exprimidas por el capitalismo mundial, con su resistencia siempre rejuvenecida, los movimientos de pueblo, y los deseos de cambio social consecuente con nuestras perspectivas; impulsan y vitalizan el desarrollo del pensar propio de carácter anticapitalista”.

La revolución no será televisada, decía un activista de los años setenta del siglo pasado. La revolución será un link en un estado de las redes sociales parecen clamar los activistas revolucionarios independentistas de Internet. En ese mismo sentido escribo:

Me gusta el despertar de la conciencia social para salir a gritarle al mundo que las cosas en este país deben de ser de otra manera.

No me gusta que el activismo sea pensado sólo como una moda y/o una tendencia.

Me gusta que pueda pensarse en la refundación del sistema que mueve las instituciones de México.

No me gusta que a estas alturas, con la cantidad de movilización social y el consenso de la gente, no se estén formando grupos de especialistas que propongan cambios de raíz al sistema.

Me gusta que la gente pueda salir a manifestarse.

No me gusta la infiltración de esquiroles, el vandalismo sin sentido y la manipulación de grupos políticos que solo desvirtúan el verdadero sentido de las manifestaciones.

Me gusta que puedan emitirse las opiniones de actores sociales de toda índole.

No me gusta que algunas de las opiniones de actores sociales de toda índole sean fundadas en el desconocimiento y el oprobio.

Me gusta leer a una prensa libre de ataduras.

No me gusta ver la forma en que la prensa se presta al juego del raiting.

Me gusta ver los estados de redes sociales de usuarios que investigan, comentan, difunden, comparten, sociabilizan y proponen un cambio real desde ellos mismos.

No me gustan los estados de redes sociales de usuarios que encolerizados descalifican é insultan, a cualquier palabra y/o acción que huela al “sistema”

Me gustan las batallas verbales que se suscitan en torno al fenómeno social que estamos viviendo, por que es así como han iniciado todos los movimientos que han transformado a los países.

No me gusta que las batallas verbales se transformen en meros divertimentos, ocurrencias de diletantes, sean palabrería sin sentido.

Me gustaría pensar en que todas y cada una de las cosas que he escrito pudieran servir para algo.