No recuerdo una manifestación en nuestro estado que haya vivido una represión de esta índole. El 1ro de junio de 2021 los habitantes Xuchitlán de las Flores, del municipio de San Salvador se manifestaban frente a Palacio de Gobierno. Algunas crónicas cuentan que intentaron ingresar al edificio, quizás hartos por ser ignorados, cuando la policía antimotines (granaderos) impidió este hecho lanzando gases lacrimógenos.
Según la versión del estado, el joven que hemos visto en los videos y fotos que están en las redes fue herido con uno de estos gases y quedó gravemente herido. En otras versiones de las personas que estuvieron ahí se utilizaron balas y gases, una de estas impacto en él. No es claro para nadie si fue asesinado o gravemente lesionado. En la manifestación se encontraban personas adultas mayores, adultxs, jóvenes, adolescentes, niñxs y periodistas. A los granaderos no les importó nada, lo cual evidencia que había ordenes de ejercer toda la fuerza del estado contra ellos.
¿Quién dio la orden? ¿Por qué?
El Secretario de Seguridad Publica menciono lo siguiente: “una comunidad que se manifestaba y que parecía pacífica, desgraciadamente se tornó agresiva y se agredió a elementos de la policía”.
La justificación del estado para utilizar este tipo de prácticas violentas siempre es que se agrede a quien protege y entonces cualquier cosa puede pasar.
Pero no. No hay ninguna justificación para todo lo que hemos visto en los videos. Esta situación no es una situación extraordinaria. Es el estado mandándonos un mensaje a todxs: si protestas te callaremos.
Recordemos que las últimas manifestaciones feministas en la entidad han sido monitoreadas por tantos elementos policiacos que sobrepasan el número de las personas que se manifestaron. No, me rehusó aceptar que fue algo extraordinario. En cada manifestación la presencia de policías y granaderos, la ropa y artefactos que utilizan han ido cambiando, nos advertían que pronto esto sucedería.
El hecho de que sean los granaderos quienes estén en el espacio público para reprimir la protesta es un mensaje cargado de miedo, de terror. No están ahí para hacerte sentir protegidx, sino para que pienses muy bien que gritaras, a donde caminaras o que harás porque en cualquier momento ellos reaccionaran.
El gobierno nos debe muchas explicaciones, tiene que reparar el daño y garantizar nuestro derecho a la protesta. La CDHEH tiene que hacer una investigación ejemplar, que nos diga la verdad de lo que sucedió y es su oportunidad para ver que tanto este órgano es autónomo. Nosotrxs no nos quedemos calladxs o indiferentes.
No es un hecho aislado. No nos compremos ese discurso, tenemos que reaccionar y condenar estos hechos. Que nunca más una protesta terminé en una tragedia.
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