Uno de los principales efectos que tiene la migración en México son las remesas, que no son otra cosa que una parte de los ingresos que obtienen los mexicanos que viven en el extranjero y mandan a México, normalmente a la familia. El origen principal de estas remesas es Estados Unidos y por eso se le presta una atención especial. Las remesas no mueven de forma importante a la economía mexicana en general pero son toda la diferencia para las familias que las reciben ya que forman parte del ingreso familiar, muchas veces son el ingreso familiar.

Algo muy interesante es que las remesas son importantes para las microempresas, un estudio de la Universidad de California mostró que las remesas son responsables, en promedio, del 20% del acceso a capital de los pequeños negocios que ponen los familiares de los migrantes, este porcentaje aumenta en estados con más tasa de migración alcanzando hasta un tercio de lo que se invierte.

No sólo es que las remesas ayuden a iniciar una tienda de abarrotes, una fonda o una panadería, por ejemplo, ayudan también a desarrollarlas una vez abiertas al tener acceso a capital que difícilmente podrían conseguir las familias de la mayoría de los migrantes en México. 

Contrario a lo que se puede llegar a pensar, las remesas que se envían a México aumentan cuando hay crisis económica. La excepción en los años recientes se dio en la crisis que inició en 2008 cuando las remesas enviadas a México decrecieron. Después de haberse estudiado esa experiencia, se esperaba lo mismo en esta ocasión pero no sucedió así, Banco de México reportó hace poco una cifra récord para un mes de julio y un aumento del 10% en los primeros siete meses del año.

Las razones de este raro efecto no las conocemos con certeza pero hay algunas ideas, se sabe que el migrante cuando hay crisis en México busca compensar el ingreso familiar, esta vez, se piensa, fue posible gracias a que muchos de los migrantes tienen empleos en sectores que no cerraron del todo por el Covid-19 y gracias también a la ayuda económica que dio el gobierno estadounidense a los ciudadanos.

Las remesas son resultado del comportamiento de la economía estadounidense y por eso su futuro es incierto. Si la economía en Estados Unidos va bien, los migrantes tienen empleo y pueden mandar sus remesas en mayores cantidades, pero el problema ahora es que la recuperación de la economía estadounidense depende del control de la pandemia en ese país.

Con la llegada de Joe Biden se espera un cambio de estrategia en el combate al Covid 19 y eso da esperanzas para que la recuperación económica sea mejor de lo que ha sido hasta ahora, pero si algo hemos visto en estos meses es que no es tan sencillo mantener a raya al coronavirus.

Las remesas tienen su lado positivo ya que son un respiro para millones de mexicanos, la mayoría de ellos en pobreza, pero nuestras remesas también tienen un lado negativo, las que llegan a México son también el resultado de no haber proporcionado a millones de ciudadanos oportunidades en su país.

Cada que veo un dato sobre remesas, yo lo que veo son millones de dólares de talento que no está en México. Y no menos importante es la parte social, familias desintegradas, personas queridas que no están. Por eso hay que tener cuidado en cómo vemos a nuestras remesas, su crecimiento no es algo de lo que deberíamos de estar orgullosos, menos es algo que debería de presumir el presidente de un país.


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