Mateo, niño que entró a tercero de primaria, comentó: “Es muy triste no poder ver a mis amigos, pero me emociona empezar la escuela. Espero que esto termine pronto y todos podamos volver a vernos”.
Y también dijo: “plan realidad es más dramático que esto, pero así está bien para no ponernos más tristes”.
Con el inicio del nuevo ciclo escolar 2021-2022, en todo México, se abre la opción de que todo el alumnado, tanto de educación básica como media y media superior, regrese a clases presenciales y virtuales.
En Hidalgo, en la primera etapa que empezó el 30 de agosto, fueron 15 municipios los que permanecen en semáforo epidemiológico verde que permite acudir a las escuelas, no incluye la zona metropolitana de Hidalgo, es decir, la capital y municipios circunvecinos, pero vaya, el ciclo empezó y con esto la decisión, de cada casa, de cada familia, de ir a clases.
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Angélica, chica que regresó a la prepa, manifestó su beneplácito por volver a ver a sus amigas. Dijo que salir a la calle, ver los salones y “respirar libertad” es lo que esperaba hace meses.
Se viven dos mundos, o dos opciones, tomar clases de manera virtual, o bien, presencial.
Mónica Ortega, terapeuta existencialista, se dijo a favor del regreso a clases presencial porque es fundamental que niñas y niños reciban educación, sin embargo, hay una gran brecha entre escuelas privadas y públicas, así como de las clases sociales.
Se requieren computadoras, módems, pagar internet para tener buena conectividad y no todos los hogares tienen esas opciones. Además, la carga es mayor para madres de familia que están en casa.
Al considerar que permanecer en pandemia desde hace año y medio, se ha prestado mucho a desigualdad, la especialista sostuvo que también se ha vivido un asunto de salud mental. Niñas y niños han presentado signos de depresión y ansiedad por no salir al mundo y estar encerrados en casa. Es fundamental la interacción social, entre más pequeños es más necesario, me comentó.
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Sin embargo, se vive una situación diferente entre estudiantes de secundaria y preparatoria. Están contentos de no ir a la escuela quienes sufren bullyng, por cómo se visten o cómo lucen, se protegen en casa.
La escuela es un espacio seguro, controlado, la convivencia se da con niños de la misma edad; están acompañados porque muchos niños están en sus casas solos porque sus padres regresaron a trabajar; incluso un amplio número no tiene internet o dispositivos.
La terapeuta me comentó en la conversación, que cuando han empezado a salir, respirar el aire libre, ver gente, salir al mundo, cambia el estado de ánimo, y eso es la salud mental.
Hace años, en Gran Bretaña presentaron la generación de los interiores, aparecen generaciones de niños con problemas de respiración, alergias y activación social, porque no podían salir de casa por trabajos de mamás, interacción social y dispositivos.
Ahora bien, en casi todo el mundo han abierto las escuelas, y en México apenas sucede y ya vamos en la tercera ola de esta pandemia. Tiene que ver con educación, salud mental, brechas económicas.
Mónica Ortega, sin más, dijo: Los espacios seguros son las escuelas.
Lo cierto es que… cualquier modalidad de acudir a clases, es necesaria ya para continuar con la vida de la infancia y juventud. Los adultos deben atender más las oportunidades de la educación y la convivencia social, dependiendo de cada situación.
Twitter@AidaSuarezCh
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