Octubre es el mes dedicado al cáncer de mama, las cifras de casos en Hidalgo de displasias y neoplasias hasta la semana epidemiológica 37 del presente año, señalan que se han detectado 37 casos de presencia de cáncer de mama en mujeres hidalguenses.
Hasta el momento, esto significa un decremento de casos, comparado con la cifra de 101 detectados en mujeres hidalguenses con cáncer de mama durante el año pasado.
El cáncer de mama no puede prevenirse, por ello la detección oportuna es la única opción para poder descubrir a tiempo esta enfermedad, con lo cual se puede disminuir las muertes por cáncer de mama.
Las mujeres deben ser diagnosticadas en etapas tempranas y para realizar el diagnóstico con oportunidad, es necesario intensificar, de acuerdo a la edad de cada mujer, tres acciones básicas de detección, que son la autoexploración, exploración clínica y la mastografía.
Desde hace varios años, la Secretaría de Salud federal implementó un programa a largo plazo, con el objetivo de que en un futuro impacte y se observe a través de la detección y del diagnóstico oportuno, la disminución de la mortalidad por esta causa.
Por ello, además de realizar las acciones de detección, es necesario conocer los factores de riesgo que pueden favorecer el desarrollo del cáncer de mama, para que las mujeres puedan reconocer en si mismas estos factores, o bien, sus parejas lo puedan realizar.
Los factores de riesgo de cáncer de mama se dividen en 4 grupos y son: biológicos, latrogénicos o ambientales, relacionados con la historia reproductiva y los relacionados con los estilos de vida.
En el primer caso, los factores biológicos tienen que ver obviamente con el sexo femenino; el envejecimiento, pues a mayor edad mayor riesgo; la historia personal o familiar de cáncer de mama en madre, hermanas, o hijas; la vida menstrual de más de 40 años, es decir un inicio de la menstruación antes de los 12 años y menopausia después de los 52 años; tejido mamario denso o ser portadora conocido de los genes BRCA1 o BRCA2.
En el segundo grupo de factores, conocidos como latrogénicos o ambientales, se encuentra la exposición a radiaciones ionizantes principalmente en el desarrollo o crecimiento, ya sea in útero o en la adolescencia; o bien tratamientos con radioterapia en tórax.
El tercer factor tiene qué ver con los relacionados con la historia reproductiva, es decir, no haber tenido hijos, un primer embarazo a término después de los 30 años de edad, o haber cursado una terapia hormonal en la peri o postmenopausia por más de 5 años.
Por último, están relacionados relacionados con los estilos de vida, como una alimentación rica en carbohidratos y baja en fibra; dietas ricas en grasas tanto de origen animal como ácidos grasos trans.
Los ácidos grasos trans son un tipo de ácido graso insaturado, el cual se encuentra principalmente en alimentos industrializados que han sido sometidos a hidrogenación u horneados como los pasteles, frituras, margarina, entre otros. También la obesidad, principalmente después de la menopausia, el sedentarismo, el consumo de alcohol mayor a 15g/día y por supuesto, el tabaquismo.
Por ello, es necesario fortalecer la autorresponsabilidad en el cuidado de la salud, y adoptar formas de vida saludables.
Como autocuidado se entiende la ocupación, interés y protección a cargo de la propia mujer para potenciar la propia salud, dirigido tanto al aspecto físico como emocional, para lo cual se recomienda llevar a cabo las siguientes acciones: a partir de los 20 años de edad, la mujer cada mes debe realizar la autoexploración de sus mamas.
Si tiene 25 años o más, deben acudir a su unidad de salud para que le realicen la exploración clínica de sus mamas, y si tienen entre 40 y 69 años de edad, deben solicitar en su unidad de salud la mastografía.
Mantener su peso ideal, disminuir el consumo de grasas de origen animal incrementar el consumo de fibra como cereales integrales, frutas y verduras, hacer ejercicio de 30 a 60 minutos todos los días, disminuir el consumo de alcohol, no fumar y la lactancia son factores de protección.
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