Recomendación de libro: Arturo Meza. El último unicornio

Arturo Meza. El último unicornio (Ala Ediciones), libro biográfico, diccionario o enciclopedia del investigador, escritor y amante de la música Mario Alquicira, quien nos lleva en un viaje por la vida y obra del artista. 

Libro que le llevó 6 años de arduo trabajo y cientos de horas de entrevistas, pláticas y desvelos. 

El texto sigue al compositor desde sus inicios en el rock progresivo nacional y en la experimentación con distintas agrupaciones, hasta algunos de sus más recientes trabajos sonoros. 

También detalla la pasión pictórica del guitarrista y revisa la producción literaria, que es abundante, del originario de Michoacán. 

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“Fue una tarea de documentar, investigar, matizar toda la información, clasificarla. La carrera de Arturo, toda la trayectoria, la he venido siguiendo desde hace 30 años o un poco más. Entonces, cuando me di cuenta, ya tenía material suficiente como para hacer un libro”. 

Alquicira está empapado de Meza, pero ¿por qué Arturo es tan especial para el autor? 

“Bueno, lo considero un artista fundamental en la historia del arte en México. No solamente del rock, un artista en toda la extensión de la palabra porque ha incursionado en muchos géneros musicales y de otras artes, como la pintura. 

“En música está lo instrumental y meto una faceta experimental, una vertiente de rock progresivo, en fin, es un músico muy abarcativo, completo, pero también ha hecho obra pictórica, poesía, narrativa… su obra es muy vasta y es inconmensurable”. 

Para explicarlo mejor, se puede decir que es un genio, sin embargo, su personalidad tan esquiva y poco pública ocasiona que parezca que está un poco olvidado. 

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“Prácticamente su núcleo es independiente, todo su arte es independiente, pero más allá es cierto que falta que lo descubra más más gente, más mexicanos. Por eso me interesaba hacer esta obra biográfica, para hacerle justicia a su obra y darle la magnitud, la relevancia, que amerita. 

“Traté de hacer una biografía a la altura de su obra que es magnífica y creo que se merecía una biografía a esa altura, a ese nivel considerando que él sigue creando, generando”, revela el autor. 

Arturo Meza celebró 45 años de trayectoria, acompañado de muchos amigos con quienes ha tocado durante ese periodo. 

Y tiene tanto material que para Alquicira no basta un tomo. 

“Sigue produciendo, o sea, el libro biográfico podría tener incluso un volumen 2, considerando que la obra de él todavía continúa y es inalcanzable, mejor dicho, es incansable este hombre, por decirlo de alguna manera. Un poco en tono de broma solía decirle que todavía no acababa de leer todos sus libros cuando ya había escrito más, entonces tiene ese ritmo. Yo nunca lo iba a alcanzar, porque produce mucho, o sea, al año publica cuatro novelas”. 

Meza se caracteriza por ser elusivo y huidizo, lo que dificultó en ocasiones la celeridad de un proceso, sin embargo, cada segundo que convivió Mario con Arturo lo aprovecharon al máximo. 

“Justamente el prólogo que escribe David Cortés habla de eso, a la caza de un imposible, es como una cacería del unicornio que es un animal elusivo, huidizo, escurridizo y que es muy difícil de atrapar; incluso la leyenda cuenta que para conseguirlo había que poner a una doncella en medio del bosque como ofrenda para que el unicornio se acurrucara en su regazo y entonces ya los cazadores lo cazan, pues Arturo es fugitivo, siempre está viajando, es alguien que no está en un lugar fijo. 

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“Es difícil encontrarlo y no es muy accesible, por ejemplo, no da muchas entrevistas. No es alguien a quien le gustan los reflectores y en ese sentido sí fue muy difícil, aunque afortunadamente está su obra. Claro que también es muy difícil de hallar y de conseguir, pero esa fue la tarea justamente, la de recopilar todo ese material e investigar al personaje a través de la obra. Aunque tuve varios acercamientos directamente con él y tuve la fortuna de que él revisara los manuscritos, los borradores, y los corrigiera de su puño y letra, además de que me hiciera algunas aportaciones”. 

Cientos de páginas sobre la vida y obra del icono del rock nacional, el precursor de géneros e inventor de instrumentos musicales. 

Además, en Arturo Meza. El último unicornio hay un recorrido en la historia del rock mexicano, sus intentos por salir de la clandestinidad y liberarse de la opresión de los gobiernos. 

Escribir sobre Arturo Meza es una tarea complicada, Alquicira pretende rescatar una parte de la documentación de la historia del rock en México mediante testimonios. Es una ambiciosa iniciativa que recopila y difunde los archivos hemerográficos, fonográficos y fotográficos olvidados en relación con el artista. 

“Arturo Meza no deja de ser un ser humano con contradicciones y con un lado oscuro también y tiene un lado muy muy luminoso. Él me dijo ‘no, no me admires tanto. Porque no me conoces del todo. Si conocieras todo de mí, ya no me admirarías tanto’. Como todo ser humano tiene un lado luminoso y un lado oscuro, tiene contradicciones, pero es sublime. 

“Forma parte de una generación prodigiosa, o sea, fue una generación con la que le tocó convivir y él es un elemento catalizador de esa generación porque pudo contribuir y colaborar con muchos artistas también muy importantes, como Jorge Reyes, Carlos Alvarado, Walter Smith, que son también fundamentales y que él pudo converger y contribuir en muchas obras que quedaron para la posteridad, para la historia e incluso podríamos decir que Arturo es uno de los pilares más fuertes de lo que es el rock y la música en México”. 

Meza prácticamente es el que empieza a catapultar lo que es la música independiente, le interesa mucho la autogestión y está un poco peleado con las instituciones. 

“Desde muy temprano él se dio cuenta de que había que hacerlo de manera autónoma, por eso es por lo que fundó su sello discográfico que también se convirtió en su sello editorial. 

“Entonces no estaba esperando subsidios o subvenciones de nadie ni patrocinios y lo hizo solo, a diferencia de otros que quizá estuvieron esperando que llegara algún apoyo, él lo generó y también siempre el poco dinero que tenía o que conseguía lo invertía en grabaciones, por eso dejó constancia de tanta producción musical”.